domingo, 27 de mayo de 2018

Real Madrid. Justicia poética / Por Antonio Escohotado



En cualquier caso el récord continúa, el mundo se pasma y la institución Real Madrid sigue campando por sus respetos.

Justicia poética

Antonio Escohotado - 27 mayo, 20180
Esta final no la ganó el Madrid tanto como Gareth Bale, apoyado en varios colegas que por orden de excelencia quizá fueron Ramos, Marcelo, Navas, Varane, Nacho, Benzema y Modric. Ramos, por ejemplo, cuajó un partido tan impecable como el que hizo contra la Roma y el Salah de entonces; Marcelo pudo perder algún balón sin perjuicio de generar torrentes de fútbol, Navas reiteró su condición de héroe, Varane es un monstruo por alto y por bajo…

Pero el galés es un elemento sencillamente superlativo, capaz de vengar con creces la afrenta de no ser alineado. Desde ahora está por encima del bien y el mal, como Cristiano, que por cierto pareció jugar lesionado y legó luego un criptograma yoico. De bien nacido es ser agradecido, dicen, y durante media hora Bale ha dado tal lección de acierto atacante y compromiso defensivo que pocos le discutirán un acta solemne de gratitud. Menudo gol le metió al Barcelona, menudos dos al Celta –por mencionar los más próximos-, y qué colección de disparos, pases y galopadas nos viene deparando desde su llegada.


Ha marcado seis veces en los últimos cuatro encuentros, y cuando Fortuna le ayudó a meter el segundo bombazo –decidiendo así el lance- me invadió una alegría reservada a los raros casos donde decide la justicia poética. Luego oigo decir a varios que reclamar la condición de titular es o bien imposible -por opuesto a la libertad del entrenador- o bien “feísimo” según el comentarista Segurola, cuando a mi juicio lo primero es simple hipocresía, y lo segundo una muestra añadida de su parcialidad.

¿Acaso no se sienten titulares, y lo son, Ramos, Marcelo, Carvajal, Modric, Kroos o Benzema? ¿Acaso alguno de ellos se considera cualitativamente superior al MVP de este partido? ¿Puede ponerse en duda que el último trimestre de Bale merece tantos o más minutos que los mencionados, aunque no se haya visto remotamente correspondido por unidad de tiempo? Ahora resulta que aprovechar la ocasión para reivindicarse es insolidario y muy feo, aunque no lo sea cortar el buen rollo de la décimo-tercera copa con mensajes como el de Ronaldo, tras uno de los pocos encuentros donde estuvo irreconocible.

En cualquier caso el récord continúa, el mundo se pasma y la institución Real Madrid sigue campando por sus respetos. Segurola añadió que Ramos puso de los nervios a Dybala y lesionó a Salah, poniendo en marcha una secuencia lógica que presupone malicia; pero mediante observaciones tales solo logra exponerse más aún al chincha y rabia del resentido.


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