miércoles, 16 de mayo de 2018

Una bendición llamada Gerard Piqué / por Juan Manuel Rodríguez



¿Para qué grupo es una bendición Piqué, para el de 30 ó a lo sumo 40 expedicionarios que acudirán al Mundial o para el grupo de 45 millones de personas conocido internacionalmente como Reino de España? 

Una bendición llamada Gerard Piqué

Hoy, y por los motivos opuestos a los que ayer dije por qué sí me sentía representado por nuestros dos pilotos de Fórmula Uno, debo explicar por qué no me siento representado por La Roja, que es esa selección de jugadores de fútbol de la Liga Profesional que va a jugar el Mundial de Rusia. Julen Lopetegui estuvo el lunes en El Chiringuito dándole un repaso a la actualidad de esta selección de estrellas de la LFP conocida como La Roja. Puesto que lo ha repetido varias veces y su discurso es predecible, ya no me extrañó demasiado que, preguntado por Piqué, dijera que él prioriza el tema deportivo, como si la nación española fuera una especie de isla, un país imaginario, como si lo único real en España fueran el fútbol y los futbolistas, como si el seleccionador nacional de fútbol de España no tuviera ninguna conexión sentimental con el país, como si La Roja fuera independiente y jugara y peleara los partidos por los jugadores y por las familias de los jugadores y no por 45 millones de españoles. No me extrañó lo más mínimo escuchar a Lopetegui reconociendo indirectamente que a él le importa una higa lo que pase en España mientras a La Roja le vaya bien en el Mundial, pero sí pegué un respingo cuando, cargando aún más la mano, Julen dijo que Piqué era una bendición.

De modo que el seleccionador de fútbol no sólo no echó la bronca a Piqué cuando debió echársela sino que de sus palabras se deduce que animó al defensa del Barça a que siguiera la misma línea, la línea que provocó, por ejemplo, que algunos compañeros suyos, y significadamente el capitán, Sergio Ramos, le pidieran por favor que parara de una vez... por el bien de La Roja. Imagino que Ramos, que se siente profundamente español, actuaría a espaldas de Lopetegui, quien, conocido el historial de Piqué, no sólo no le criticó este lunes sino que, como decía, le considera una bendición para el grupo. ¿Para qué grupo es una bendición Piqué, para el de 30 ó a lo sumo 40 expedicionarios que acudirán al Mundial o para el grupo de 45 millones de personas conocido internacionalmente como Reino de España? Y si el lunes se refería Lopetegui al primer grupo y no al segundo, que es mucho más amplio, ¿por qué ha sido una bendición Piqué para ese reducidísimo grupo de trabajadores federativos? ¿Fue una bendición para ese grupo que Piqué se presentara a votar en un referéndum ilegal e inconstitucional? ¿fue una bendición para ese grupo, que definitivamente no es el mío, el que desde dentro de la concentración de La Roja Piqué enviara dos tuits criticando la actuación de la policía nacional española? ¿Te enteraste, Lopetegui, de que Sergio Ramos tuvo que hablar con Piqué o acaso te pilló echándote la siesta? ¿O estás al margen del ruido que se pueda originar en esa entelequia llamada España?

Luego vendrá un tonto a las tres y también un rato después para decir si hay periodistas que quieren que pierda la Roja. Pero es que ese pequeño grupo representa cada vez a menos gente de ese otro grupo, mucho mayor, llamado España. Aquí están pasando cosas muy serias, Lopetegui, muy serias. Mucho más serias que el que una pelotita cruce tres palitos. Mucho más. Lo que está aquí en juego es la unidad de una nación con algunos años más de historia de los que tiene el fútbol. Y lo tuyo del lunes en El Chiringuito diciendo que Piqué ha sido una bendición a mí me sonó a burla, a cachondeo. Siento mucho, de verdad que sí, lo siento de veras haberte tenido que desperezar con estas chiquilladas de golpes de Estado, adoctrinamiento a los niños en las escuelas, empresas abandonando Cataluña, periodistas con sus puertas pintadas con amenazas, etcétera, etcétera, etcétera. Sigue durmiendo, Julen, sigue durmiendo. Tú a lo tuyo y a lo de tu grupo, para el cual ha sido una bendición tener en sus filas a un jugador del que no se fía media España. Pero, al fin y al cabo, ¿qué es España comparada con un Mundial? Bendita España y benditos los españoles que, aún así, os animarán en Rusia. Su generosidad es infinita.

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