martes, 1 de mayo de 2018

Valores perdidos / por Rafael Comino Delgado




Los valores a los que nos referimos son: Verdad, Respeto, Dignidad, Honradez, Esfuerzo, entre otros, que ahora brillan por su ausencia en la sociedad, especialmente en los dirigentes. 

Valores perdidos 

Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
Vivimos, en España, una época verdaderamente deprimente en muchos aspectos, al menos para los que nacimos entre 1940 y primeros de los setenta aproximadamente. 

En dicho periodo de tiempo se nos educó, tanto en casa como en los colegios, en unos valores que, para nosotros, son eternos, se diga lo que se diga ahora por personas que no conocieron aquellos años, que intencionadamente los vilipendian, y difunden mentiras con la pretensión de sembrar odio sobre lo entonces vivido y sobre las personas que dirigían la nación. 

Los valores a los que nos referimos son: Verdad, Respeto, Dignidad, Honradez, Esfuerzo, entre otros, que ahora brillan por su ausencia en la sociedad, especialmente en los dirigentes. 

Mucho podíamos escribir sobre cada uno de esos valores y lo que pasa en nuestra España, pero no lo creemos necesario ya que a la vista está. Someramente diremos que: 

-La mentira es la bandera, especialmente de los políticos, de las más altas autoridades a todos los niveles, y por eso los jóvenes piensan que la mentira es lo normal, y lo más rentable. 

-Para valorar el respeto solo tenemos que fijarnos en lo que ocurre en muchas familias rotas precisamente por falta de respeto, en los colegios e institutos, donde las bajas y jubilaciones anticipadas por depresión, de los profesores, son bastante más que frecuentes. En el mejor de los casos los niños llaman al profesor "colega", porque les exige poco y les enseña menos. Luego llega el informe Pisa y España está la ultima. Salen de los institutos para la Universidad y no saben leer (lo que saben es juntar letras, pero apenas comprenden lo que han leído) ni escribir, pues es habitual que en un folio solo por una cara tengan varias faltas de ortografía. El bachillerato de los años 1950 y 1960 era infinitamente mejor que lo de ahora, lo cual es lógico porque se les pasa de curso sin saber casi nada para que no se afecten psicológicamente. No se les inculca el esfuerzo sino todo lo contrario. ¿Desde cuándo no han visto ustedes a una persona menor de 40 años ceder el paso a una mujer, o a otra mayor, o cederle el asiento en el autobús o el metro, o hablar de usted a los desconocidos y mayores? 

-Hoy día creo que el concepto dignidad ha desaparecido totalmente. Vemos como hay personas que van a TV a contar sus más bajas miserias, incluso inventadas, solo por unos cuantos euros. Solo importa lo material, el placer sin reparos. La sociedad actual es hedonista sin límites. Cuando se vende la dignidad ya no queda nada de valor que vender, y eso lo vemos hoy casi generalizado. 

-La honradez de la sociedad española es fiel reflejo de la que existe entre los políticos. La corrupción ha invadido todo; es como un tsunami que ha arrasado la vida en España. 

-Y no digamos el esfuerzo para ser cada día mejor, cada uno en su profesión y en su vida. Hoy, especialmente los menores de 40 años, creen que todo se nos tiene que dar, que tienen derecho a todo pero no tienen deberes. 

-Naturalmente la juventud se está educando en estos "sin valores", y solo quiere vivir bien si aportar nada, lo cual es lógico dado el ejemplo que reciben de muchos de sus mayores y de sus autoridades. 

-Cuando televisan sesiones del parlamento da vergüenza ajena oír a muchos de los que allí hablan, y cobran un sueldo que todos les pagamos. Solo se oyen mentiras, insultos y echarse basura unos a otros, con raras excepciones. Hay determinados parlamentarios que más que hablar lo que hacen es vomitar odio, y dicen que nos representan a todos, aunque no nos engañemos, allí están porque alguien les ha elegido. 

Pero claro, es obligado preguntarse, ¿porque se han perdido y siguen perdiéndose estos valores? Para nosotros las respuesta es evidente, ¡porque los mandatarios, los que han dirigido la nación (al menos muchos de ellos) así lo han propiciado con sus decisiones y con sus actuaciones! 

Los políticos, las autoridades, los que ocupan cargos importantes en la sociedad deberían mirarse interiormente, reflexionar y probablemente descubrirían el gran daño que, muchos de ellos, hacen a la sociedad. Pero eso es mucho pedirles; su soberbia, su hipocresía y su mediocridad se lo impiden. 

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