Sinceramente, creemos que don Pablo Hermoso de Mendoza, con enseñar al caballo a morder al toro cuando ya está prácticamente muerto, o permitir que el caballo lo haga, comete un enorme error, impropio de cualquier profesional que se precie, y en general de cualquier taurino.
Máximo respeto al toro
Una de las características más destacadas del mundo del toro es el gran respeto que existe en general; hacia los profesionales, de ellos entre sí, hacia la afición y sobre todo hacia el toro. No conozco a nadie que ame y respete más al toro que los profesionales del toreo en general.
Nosotros pensamos que efectivamente así debe ser. El toro merece el máximo respeto por parte de todo aquel que de verdad se sienta taurino. Y en la plaza a nadie se debe respetar más que al toro, naturalmente cada uno en su puesto, por la simple, elemental e inapelable razón de que es pilar fundamental en la fiesta, y porque todos vamos a la plaza porque queremos mientras que al toro se le lleva obligado.
Sin embargo, circula por la redes sociales un video en que se observa como un caballo, del rejoneador don Pablo Hermoso de Mendoza, se va hacia el toro, cuando ya está moribundo, con el rejón de muerte clavado y el caballero pie a tierra, y le muerde.
Pero esto no es nuevo, pues hace muchos años lo había visto en actuaciones del mencionado rejoneador; y después algún otro compañero tuvo el mal gusto de copiárselo.
Este hecho nos parece lamentable, una falta de respeto hacia el toro, por parte de su matador, absolutamente intolerable. Parece mentira que un señor que es torero, a caballo, pero torero, llegue a tan irrespetuosa actitud.
No me parecería bien hacerlo en ningún momento de la lidia, porque el caballo no está para atacar al toro, está para esquivar las embestidas guiado por su jinete , pero en todo caso si lo hiciera cuando el toro acaba de salir de toriles podríamos pensar, bueno al menos arriesga mucho, pero hacerlo con el animal moribundo me parece abominable, y mucho más en una gran figura del rejoneo.
Sinceramente, creemos que don Pablo Hermoso de Mendoza, con enseñar al caballo a morder al toro cuando ya está prácticamente muerto, o permitir que el caballo lo haga, comete un enorme error, impropio de cualquier profesional que se precie, y en general de cualquier taurino.
Naturalmente aquellos que aplaudan esta acción jamás podrán decir que son taurinos; no entienden una sola palabra de lo que es y significa el toro y la Tauromaquia.
El Sr. Hermoso de Mendoza es libre de hacer lo que le plazca, pero debería borrar para siempre la mencionada acción de su repertorio pues, al menos, ante mí le desprestigia, y mucho.
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