Pero el rumor no deja de aventar el odio velado a la ancestral cultura agraria de este país. Los toros y la caza, con la dureza del terrón, el tronar de la escopeta, la aspereza de la encina, el tacto del arado o la agudeza del anzuelo forman parte de la verdad del monte, la tierra calma y el mar. Nada que ver con las granjitas idílicas en las que querrían ver encerrados a los toros bravos, salvados demagógicamente de su muerte en la plaza.
Observatorio taurino: Seguimos a vueltas con la política
A. R. del Moral · 20/06/2018
Los taurinos han seguido muy pendientes del cambio de la cartera de Cultura aunque la moderación del discurso del nuevo ministro -animalista declarado- ha apagado las alarmas. Pronto deben salir los carteles de Colombinas. Comienza el verano taurino
Dos ministros sin vocación taurina…
Los vaivenes de la política vuelven a colarse -indeseadamente- en esta atalaya taurina semanal por tercera semana consecutiva. La pasada hablábamos de la moderación del discurso del tal Màxim Huerta aunque la cartera ministerial se le desfondó por el flanco más débil: sus tejemanejes para dejar de retratarse con el fisco. A rey muerto, rey puesto. Don Sánchez volvió a tirar de chistera para sacar un nuevo conejo. Esta vez se trataba de un gestor cultural de contrastada trayectoria que guardaba algún cadáver en su armario: su careta de anti, fundamentada en su condición de animalista. José Guirao, que es la gracia del buen señor, había lanzado perlas como ésta en la plataforma Capital Animal: “hay que empezar a considerar a los animales iguales en todo. Iguales en inteligencia, sensibilidad, en derecho a la vida…” Las alarmas no tardaron en encenderse en las esquinas de este mundillo que sigue contemplando de reojo las intenciones del gobierno.
Moderación del discurso al llegar al cargo
La sangre, una vez más, tampoco iba a llegar al río. Debe ser que el cargo imprime carácter y como su antecesor, no tardó en moderar sus posiciones. “Como ministro de Cultura tengo que entender y valorar la Tauromaquia y el mundo de los toros”, señaló Guirao en una recentísima entrevista antes de reconocer que, como hijo y nieto de aficionados, había ido a los toros “miles de veces”. Mejor así. Pero hay que ir más allá: en los últimos días llegó a circular un falso rumor en el que se aseguraba que la flamante ministra del no menos novísimo ministerio de Transición Ecológica -chupa del frasco, Carrasco- había llegado a un acuerdo con el ala izquierda de sus compañeros de viaje para prohibir la caza con perro. No será así, al menos por ahora. Pero el rumor no deja de aventar el odio velado a la ancestral cultura agraria de este país. Los toros y la caza, con la dureza del terrón, el tronar de la escopeta, la aspereza de la encina, el tacto del arado o la agudeza del anzuelo forman parte de la verdad del monte, la tierra calma y el mar. Nada que ver con las granjitas idílicas en las que querrían ver encerrados a los toros bravos, salvados demagógicamente de su muerte en la plaza. Ese mundo no lo queremos. Ni en pintura. En el fondo, la suerte de los animales y su medio les importa un pimiento.
Otros asuntos que se hablaron estos días…
Hay más cosas de las que hablar, como la trastienda revuelta -problemas de familia- de la plaza de La Merced de Huelva. El patriarca José Luis Pereda, responsable de la resurrección taurina del coso de la Vega Larga, ha ganado en los juzgados lo que no le permitían su yerno y su sobrino, actuales caras visibles de la organización de la Colombinas: acceder a la plaza. Ni podemos ni queremos entrar en las razones de unos y otros. Tampoco nos incumbe. Lo que nos interesa es el encaje del ciclo choquero que, en circunstancias normales, tendría los carteles a punto de horno. Se habla de negociaciones paralelas, de la organización de la feria a dos bandas… Ni lo confirmamos ni lo desmentimos. Eso sí, seguiremos expectantes. Tampoco podemos dejar de comentar que Diego Ventura ha vuelto a quedarse fuera de San Fermín por obra y milagro del veto encubierto de su más ilustre colega. Tampoco estará en Bilbao. Pablo Hermoso de Mendoza compartirá con su hijo Guillermo y la inevitable Lea Vicens el cartel de la Semana Grande después de poner a Leonardo y Armendáriz en la Feria del Toro. La feria de San Isidro quedó definitivamente atrás y con el solsticio de verano se incendian las hogueras de San Juan. Comienza el ancestral verano taurino que llevará la promesa de verdad y muerte que encarna el viejo tótem ibérico a todos los rincones de este viejo país que a algunos nos encanta seguir llamando España.
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