miércoles, 11 de julio de 2018

Día 1 después del adiós de Cristiano / por Juan Manuel Rodríguez



Por recomendación de Mendes, que es su amigo del alma, Cristiano cometió al parecer un desliz con el erario público que podría estar cercano a los 19 millones de euros, de modo que el jugador, efectivamente, tenía un problema y el representante del crack pretendía que, en la línea del Barça con Messi, su error fuera asumido por el Real Madrid, que está al corriente de pago.

Día 1 después del adiós de Cristiano

El Real Madrid ha adelantado en tres años, y por petición expresa de Cristiano como bien queda reflejado en ambos comunicados, el del club y el del jugador, el adiós traumático que había que dar tarde o temprano al máximo goleador de todos los tiempos del club deportivo más importante de la historia. Estoy casi convencido de que, a partir de ahora, asistiríamos al declive físico de Cristiano, que ya empezaba a mandarnos algunas señales de su transformación en un delantero diferente, un jugador distinto al que llegó aquí en 2009 y que encaraba sin miedo por la banda como si del expreso de Chicago se tratara, pero, como estamos hablando de un animal competitivo de primer nivel mundial, cualquier previsión puede saltar por los aires hecha añicos. Pese a que, como es normal debido a la inexorable ley del paso del tiempo, Cristiano era otro Cristiano, el Real Madrid habría estado encantado de cumplir lo pactado hace menos de dos años y que el jugador acabara su carrera deportiva vistiendo la camiseta blanca, pero, como decía, fue él quien quiso cambiar de aires y, a la tercera, el club aceptó.

Así que ahora el mejor futbolista del mundo no estará en el Real Madrid sino en un clásico del fútbol europeo y mundial como es la Juventus de Turín. Supone para Cristiano, en mi modesta opinión, descender dos o tres escalones deportivos con respecto al vigente campeón de Europa, pero el corazón tiene razones que la razón no entiende y el jugador ha creído oportuno un cambio de ruta en su brillantísima trayectoria deportiva, que quizás no sea la misma a partir de ahora. Llegados a este punto, elogiada suficientemente la figura de CR7, destacado lo importantísimo que ha sido para el Real Madrid en el transcurso de estos últimos años y resaltando lo improbable que será que el club blanco se reencuentre con un futbolista de su talla en los próximos 15 ó 20 años, conviene insistir en que el corazón, efectivamente, tiene razones que la razón no entiende... pero la cartilla de ahorros sí. O, yendo al grano, que Jorge Mendes fue hace tiempo al despacho de Florentino Pérez diciéndole "Houston, tenemos un problema con Hacienda", y el presidente le corrigió el tiempo del verbo tener, que de la primera persona del plural del presente de indicativo pasó a la segunda persona, o sea "tienes".

Por recomendación de Mendes, que es su amigo del alma, Cristiano cometió al parecer un desliz con el erario público que podría estar cercano a los 19 millones de euros, de modo que el jugador, efectivamente, tenía un problema y el representante del crack pretendía que, en la línea del Barça con Messi, su error fuera asumido por el Real Madrid, que está al corriente de pago. Abonándole 31 millones de euros netos, o sea 9 más de los que percibía aquí, por cada una de las 4 temporadas que, en principio, va a jugar en Turín, la Juve asume el error de Mendes, que además se lleva otros 12 millones de euros por la operación, y Cristiano soluciona su problema económico evidente, pero su adiós supone sin duda alguna una derrota deportiva para un futbolista que ansía ganar 7 Balones de Oro pero que en Italia no estará tan brillantemente protegido ni dosificado como en España.

Así que Cristiano no ha pedido irse porque piense que en la Juve va a estar mejor sino porque, después del "no" de Florentino, su representante llevaba un tiempo oteando el horizonte para ver qué equipo era capaz de asumir su error; encontrado el equipo, y un poco harto también el Real Madrid de estar constantemente con este cuento de nunca acabar, el club le entreabrió la puerta y Mendes se coló por el hueco. Desde el punto de vista financiero, la operación es de matrícula de honor, pero desde el punto de vista estrictamente deportivo es un auténtico desastre para el jugador, a quien deseo, por supuesto, lo mejor a partir de ahora. Sin Mendes nada de esto habría sucedido, Cristiano habría cumplido escrupulosa y legalmente con Hacienda y el crack acabaría colgando las botas dentro de 3 años en el Madrid, pero Jorge Mendes existe, CR7 es su amigo y entiendo que dé la cara por él.

El hecho de que el Real Madrid haya aceptado la reducción en 900 millones de euros en la cláusula de rescisión que aparecía recogida en el contrato de Cristiano supone, al mismo tiempo, la asunción implícita por parte del Madrid de que, efectivamente, ya estaban exprimidos los mejores años de Cristiano. Es un golpe de autoridad importante de Florentino Pérez, justo dos o tres semanas después de la marcha de Zidane del banquillo, y obliga en cierto sentido al presidente a reestructurar el futuro deportivo inmediato y, al mismo tiempo, a rellenar el pantano de ilusión que ha desecado la marcha de CR7. No hay en el mercado un goleador como él, no ha nacido el futbolista que garantice 50 goles por temporada o, si ha nacido, está todavía en la escuela, pero no parece que un club con las exigencias del Madrid pueda fiar todo su ataque a Benzema, Bale, Borja Mayoral, Vinicius o Raúl de Tomás.

Así que, sin prisas pero sin pausa, el Real Madrid tiene que fichar a un jugador capaz de promediar 30 ó 35 goles al año y que, además, tenga las espaldas lo suficientemente anchas y el callo necesario para soportar las comparaciones que, a buen seguro, llegarán desde el día anterior a su presentación. Neymar puede competir en ilusión con Cristiano... pero no es ese goleador. Imagino, quiero imaginar, que el club blanco tenía previsto un plan post Cristiano y que el anuncio en diferido de la marcha del jugador franquicia no habrá pillado por sorpresa a los dirigentes del Madrid. Sin Zidane y sin Cristiano, sin el entrenador de las 3 Copas de Europa en 3 años y sin el Balón de Oro, el vigente campeón europeo y mundial tiene que ajustar el tiro, preparar la chequera después de haberla mantenido a buen recaudo durante 3 años y fichar a lo grande, algo similar a lo que, de una tacada, hizo el mismo Florentino trayendo a Cristiano, Benzema y Kaká en el año 2009. Entonces se acertó, y de lleno, con los dos primeros, un 66%... No está mal. Día 1 después del adiós de Cristiano.

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