lunes, 13 de agosto de 2018

En recuerdo de Robles / por Paco Delgado




Tras el grave percance de Beziers el 13 de agosto de 1990, falleció en un hospital de Salamanca, a la edad de 49 años, tras sufrir una peritonitis el 14 de enero de 2001. Un año más tarde el alcalde de Salamanca colocó una estatua junto a la plaza de toros en homenaje al diestro.

En recuerdo de Robles



El 13 de agosto de 1990, toreando en Beziers, Julio Robles fue volteado por un toro de Cayetano Muñoz, cayendo con tal mala fortuna que sufrió una tetraplejia de la que no pudo recuperarse.

Aunque nació en Fontiveros (Ávila), el 4 de diciembre de 1951, con pocos años de edad su padre que era secretario se trasladó a la localidad salmantina de La Fuente de San Esteban, donde surgió su afición al toro bravo, en su adolescencia se colaba en los mataderos del pueblo a “darle fiesta” a los becerros que luego iban a sacrificar, también se desplazaba a las múltiples tientas que había en las ganaderías de la zona, muchas veces en bicicleta.

Tomó la alternativa el 9 de julio de 1972 en la Monumental de Barcelona, siendo el padrino Diego Puerta y el testigo Paco Camino. El toro se llamaba “Clarinero” de Juan Mª Pérez Tabernero. La confirmación tuvo lugar en Las Ventas el 22 de mayo del año siguiente, con Antonio Bienvenida y Palomo como padrino y testigo y con el toro “Pernote” de Caridad Cobaleda.

Tras el grave percance de Beziers, el 14 de enero de 2001, en un hospital de Salamanca, a la edad de 49 años, tras sufrir una peritonitis. Un año más tarde el alcalde de Salamanca colocó una estatua junto a la plaza de toros en homenaje al diestro.

Está considerado como un torero de corte clásico, profundo, calidad, pureza y artista.

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