La decisión de revocar la prohibición de la Fiesta Brava en Aragua y Carabobo, tiene un saludable efecto que trasciende el ámbito propio de la tauromaquia, pues además previene cualquier intento de eliminar de un plumazo las corridas de toros en el país, llevándose por delante parte importante de nuestro patrimonio cultural inmaterial.
COYUNTURA TAURINA NACIONAL
Eduardo Soto Alvarez
Mérida, Agosto/2018
A pesar de la atosigante atmósfera que se respira en el país, dar un vistazo al panorama taurino nacional, es como un soplo de brisa fresca, pues gracias a los esfuerzos de empresarios, ganaderos, aficionados y coletas, parece que nuestra Fiesta Brava va aguantando el chaparrón.
En efecto, se avecina la celebración de las dos Ferias venezolanas más antiguas, ambas con atrayentes innovaciones y hay esperanzas de que retornen las de Valencia y Maracay, una vez enderezado el entuerto que las impedía.
La decisión de revocar la prohibición de la Fiesta Brava en Aragua y Carabobo, tiene un saludable efecto que trasciende el ámbito propio de la tauromaquia, pues además previene cualquier intento de eliminar de un plumazo las corridas de toros en el país, llevándose por delante parte importante de nuestro patrimonio cultural inmaterial. Un logro de esta naturaleza, ha sido posible gracias a la sinergia entre taurinos andinos y del centro del país, como son también los venideros festejos yaracuyanos.
Por otra parte, Jesús Enrique Colombo nos colma de orgullo al seguir encadenando triunfos en el exterior y Manolito Vanegas nos llena de alegría con los continuos progresos en su recuperación.
Nuestros toreros se destacan en ruedos del Perú y la generación de relevo que se forma y empieza a actuar en España, son motivo de satisfacción, por lo que mucho agradecemos a quienes han hecho esto posible.
Los coloquios y demás actividades de pedagogía taurina se continúan celebrando con regularidad e incluso se hacen más intensas, sobre todo en el Táchira, donde funciona uno de los núcleos taurinos más capaces y diligentes del país.
Lamentablemente en Mérida, que cuenta con un conjunto de aficionados de mucha enjundia, unas autoridades taurinas con mucha experiencia y donde además coexisten tres vertientes importantes de asociativismo taurino, pareciera haberse aletargado tras el clímax del Cincuentenario de su Plaza Monumental.
Es de esperar, que los aficionados merideños no vayan a permitir que se eclipse el Aniversario de Oro de su Feria del Sol el venidero año y, más temprano que tarde, se activen para celebrar la efemérides a la altura de los blasones taurinos, honra y prez de la Ciudad de los Caballeros.
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