miércoles, 8 de agosto de 2018

México. ¡Se busca un líder! O lo que más se le asemeje / por El Bardo de la Taurina


 ¿Quién va hacer el guapo, que convoque a la unificación?  O dicho de otra manera quien (es) van a convocar a las cúpulas para que luego ellas encuentren a ese hombre que lleve la voz cantante, presencia, cultura, expresión, convencimiento, diálogo, sabedor del arte del cabildeo, ducho en el terreno de las negociaciones…

..enfrentémoslos uniéndonos a través de las dos armas insustituibles en la fiesta, los toros dignos en su esencia y los toreros capaces enfrentarlos


¡Se busca un líder! O lo que más se le asemeje  


Ha resultado interesante entre las teclas el revuelo de la sola posibilidad de prever los derroteros que podría seguir la Fiesta de los Toros y Los Toreros, si es que la moneda que está en el aire o la espada que se blande incierta y titubeante sobre el destino de los festejos taurinos, cobra fuerza y vigor  sobre en cuales de las varias aristas posibles podrán ser tocadas y que van desde que; la fiesta continúe en la zozobra, que siga al garete, que se le meta en cintura, que no se permita la actuación en los ruedos de los chilpayates y hasta los conscriptos, que igualmente se castre  a los menores, a los pubertos y a los que andan arañando la juventud de presenciar las corridas de toros o lo que a ellas se les asemeje, luego viene la alternativa de las corridas incruentas o la del sepelio.

Ante estos escenarios factibles y sea cual sea, sin duda se deben de tomar medidas precautorias, eso que ni qué, pues por lógica será menos complicadísimo hacerles frente, que ya con el niño ahogado, más aquí la gran incógnita, ¿Quién o quienes van hacerse cargo de esas medidas preventivas?, ¿Quién?, ¿Quién?, ¿Quién?… esto es tan incierto que francamente no le veo ni la punta a la madeja pa’ siquiera tener idea de quien la pudiera jalar, comenzando por el hecho de que sea cual sea el sector del que se trate se esta carente de un mandón o líder visible, pues siendo francos, fuera poses y vámonos enfundando en el terno de la sinceridad, con la primera pregunta que sería ¿si sectorialmente ese personaje es un fantasma?, ¿Quién va hacer el guapo, que convoque a la unificación?  O dicho de otra manera quien (es) van a convocar a las cúpulas para que luego ellas encuentren a ese hombre que lleve la voz cantante, presencia, cultura, expresión, convencimiento, diálogo, sabedor del arte del cabildeo, ducho en el terreno de las negociaciones…
Insisto en cualquiera de los departamentos, con uno se puede ir formando el bloque.

Y porque no comenzamos por enterarnos  lo que significa e implica ser un líder y  el ejercicio de su liderazgo porque no vaya ser que estemos pensando en la suavidad de las margaritas, que mece el verano, cuando lo que la fiesta tiene enfrente, son las flores de cempasúchil listas pa’ posarse sobre el catafalco, ¿sabemos a quién hay que enfrentar?, ¿sabemos dónde están los enemigos?, ¿sabemos cómo llegar a ellos físicamente?, ¿sabemos con qué argumento arguir?, ¿o estamos pensando en ir a joder a los vecinos de la casa de transición?, porque si es así, mejor ahí la dejamos , pues el ridículo no solo contribuye al daño sino que se vuelve una roca más a remover en el cráter de la salvación,

¡Porque a la fiesta hay que salvarla, no solo defenderla!

¿O que no nos hemos dado cuenta del daño que se le ha causado?, porque si la fiesta está anoréxica, desgastada, jodida es porque no la hemos sabido robustecer de abajo a arriba y de arriba abajo, la hemos dejado desinflarse cuando debería de ser un orgulloso pavo real que brille con su plumaje de rey, con su seda en los ternos, con su luz en los bordados y con su fuerza en los machos, con esa altivez de toreros figuras, mandones que estremecían los alberos, llenaban las primeras planas de los periódicos, convocaban a las multitudes, despertaban la admiración de los aficionados, de los intelectuales,  de los artistas, de los poetas, de los músicos, del pueblo y de los políticos, esa era  una fiesta robusta, llena de respetabilidad y de poder, al grado que no había político completo sino había pasado la prueba del tendido acudiendo a una plaza de toros, no a darse un baño de pueblo sino a sortear el ácido  jalón de la aceptación popular.

Démonos cuenta que los anti taurinos y los políticos que los usan para los votos no son el mal, son solo la consecuencia de lo que la debilidad de esta fiesta kermesera les ha permitido que surja y peor aún, que sea usada pa’ mancillarla a cambio de una o unas causas proteccionistas de unos animales diferentes a nosotros, a los que ni siquiera se les conoce en esencia, ya no digamos en arte, cultura e historia, que es por donde se deben enfocar las baterías aunadas a otras expresiones como la turísticas.

Los que están enfrente unos con el trinche y los otros con la conveniencia, no son otra cosa que víctimas de la ignorancia o enemigos de la razón cultural, más sin embargo son fuertes porque están aglutinados en un objetivo que es el destruir, enfrentémoslos uniéndonos a través de las dos armas insustituibles en la fiesta, los toros dignos en su esencia y los toreros capaces enfrentarlos con gallardía, pues solo así la gente en esta lucha creerá que esto va en serio, comenzando por la preocupación de los primeros que van a perder el oficio, pues chorchas, mitos y cachondearías a la gente nunca le van a faltar y tan es así, que en lugar de exigirles a los protagonistas acción, se les quiere exigir a los enemigos que no entren en acción.

¡Maldita sea!

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