miércoles, 10 de octubre de 2018

EL TOREO SE LLAMA URDIALES / por Antolín Castro


Diego Urdiales: EL TOREO. Así de sencillo

 El toreo, el clásico, la hondura, la pureza, la torería que atesora Diego pudo desarrollarse en una actuación antológica. Ninguno de los asistentes puede decir, a partir de ahora, que no ha visto torear, que no conoce lo que es el toreo auténtico. Los sucedáneos, por tanto, deben tener los días contados.

EL TOREO SE LLAMA URDIALES

Mientras muchos volcarán hoy todos los calificativos positivos inimaginables para poder trasladar lo hecho por Diego Urdiales en Las Ventas, otros -no muchos- lo veníamos defendiendo desde hace mucho tiempo. El toreo, el de verdad, se llama, sencillamente, Urdiales.

Lo que pasa es que nunca había pasado por Madrid el repartidor de premios cuando había toreado el riojano. Hoy, bajó la temperatura lo suficiente como para que se desplegara el calor desde la arena. El toreo, el clásico, la hondura, la pureza, la torería que atesora Diego pudo desarrollarse en una actuación antológica. Ninguno de los asistentes puede decir, a partir de ahora, que no ha visto torear, que no conoce lo que es el toreo auténtico. Los sucedáneos, por tanto, deben tener los días contados.

Diego Urdiales es el mejor intérprete del toreo auténtico, casi todo lo demás, eso que se ve a diario por las ferias es una broma, incluso de mal gusto. Todos tenemos ya aprendida la lección que nos ha dejado el maestro y así podremos distinguir lo que es verdad de lo que es pura baratija, cuando no burla.

Tantos calificativos le van a dedicar ahora que resultarán, en muchos casos, hasta empalagosos. Como si hubiera caído del cielo una estrella, cuando lo que ha sucedido es que Diego Urdiales se ha mostrado tal como es, a pesar de que no le dejaban ser. Veamos que hoy, siete de octubre, hacía su quinto paseíllo de la temporada. ¿El sistema taurino, el empresariado, serían capaces de explicar por qué torean… fulano y mengano -puede poner usted todos los nombres que quiera- para que haya casi sesenta diestros que hayan toreado más tardes que él?

Su toreo no se explica, se ve. Hay muchos culpables de lo que está sucediendo y es hora de que esto de un giro que suponga una renovación total.

 El toreo no es solo una estética como nos recetan a diario. Torear no es dar pases aunque sean bonitos, sencillamente porque torear es anteponer la pureza y la verdad a cualquier cursilería u otro modo de llegar al público.

El público en Madrid ha vibrado como nunca o como hacía mucho tiempo que no lo hacía y ese tipo de ‘milagro’ no sucede todos los días, simplemente porque el toreo no se pasea por las plazas habitualmente, acostumbrados, y aburridos, como nos tienen con el sucedáneo que unos acomodados nos han impuesto, apoyados por el sistema, en las últimas décadas.

Te lo merecías, nos lo merecíamos todos, más los que llevamos tiempo exigiendo que el toro íntegro y el toreo auténtico se enseñoree de los ruedos. Se hizo realidad en tus mágicas muñecas y devolviste al toreo, además de sus señas de identidad, la seriedad que esta Fiesta requiere y necesita. Muchas gracias de verdad. Tan de verdad como con la que tú ejecutas el toreo. 

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