martes, 18 de diciembre de 2018

"EL ROJERÍO NO DESCANSA". Otro diciembre bajo represión en América Latina / por Marco Rubio



Los presos políticos y de conciencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua son hoy un motivo de reflexión e inspiración por su lucha a favor de los Derechos Humanos y la democracia.

  • Quizá uno de los casos más emblemáticos de violación de derechos humanos en la narco-dictadura de Nicolás Maduro es el del líder de Voluntad Popular Leopoldo López.

Otro diciembre bajo represión en América Latina

El mes de diciembre debería ser sinónimo de alegría, armonía y felicidad. Tristemente, esa no es la realidad de muchos países en nuestro hemisferio, cuyas fiestas navideñas son opacadas por la violación de derechos humanos y represión que enfrentan. Este mes, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denunció al régimen de Cuba por silenciosamente exportar “mecanismos de terror” por toda Latinoamérica. Bajo el mando de Nicolás Maduro y Daniel Ortega sus países han adoptado esos “mecanismos de terror” para tratar de silenciar y oprimir a sus pueblos.

Los presos políticos y de conciencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua son hoy un motivo de reflexión e inspiración por su lucha a favor de los Derechos Humanos y la democracia. La crueldad en contra de líderes democráticos, como los casos de las Damas de Blanco y Eduardo Cardet en Cuba, Leopoldo López y Juan Requesens en Venezuela, Jaime Ampié Machado y Chester Membreño en Nicaragua, dan fe de que en estos tres países reina la opresión y la violación a los derechos humanos de aquellas personas quienes aspiran a vivir en libertad.

Aunque el llamado “presidente” de Cuba no tiene el apellido Castro, la realidad es que Miguel Díaz-Canel sigue las mismas tácticas represivas de sus dos antecesores. Las Damas de Blanco, recientemente galardonadas con el Premio Milton Friedman del Instituto CATO, siguen siendo amedrentadas y son víctimas de ataques por parte del régimen cubano. Estas mujeres, quienes pacíficamente caminan por las calles de Cuba hacia la iglesia con una foto de sus seres queridos cautivos en una mano y un gladiolo blanco en la otra, son ejemplo de valentía y resistencia. El doctor cubano Eduardo Cardet, considerado por la ONG Amnistía Internacional como un preso de conciencia, lleva más de dos años injustamente encarcelado en Cuba por ser un fuerte crítico del dictador Fidel Castro.

Quizá uno de los casos más emblemáticos de violación de derechos humanos en la narco-dictadura de Nicolás Maduro es el del líder de Voluntad Popular Leopoldo López. Tal y como lo he resaltado en varias ocasiones, López fue encarcelado por el régimen para tratar de silenciar su voz como líder opositor y quebrantar su moral. Un caso similar es el del diputado de la Asamblea Nacional Juan Requesens, quien goza de inmunidad parlamentaria y fue arbitrariamente detenido en Caracas bajo falsas acusaciones por el régimen. López y Requesens son culpables de una sola cosa: luchar incansablemente por una Venezuela libre para sus hijos y los hijos de todos los venezolanos.

En abril de este año, miles de nicaragüenses tomaron las calles para protestar en contra del Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Muy al estilo cubano, Ortega y su cúpula de paramilitares armados respondieron con una fuerte represión contra el pueblo y sus opositores. Hoy Nicaragua confronta una fuerte crisis económica, política y social donde cientos de personas han sido asesinados y miles están arrestados sin culpabilidad. Jaime Ampié Toledo, activista de la Comisión Permanente de Derechos Humanos de la ciudad de Boaco (CPDH), fue arrestado bajo cargos falsos y fue sentenciado a 10 años de cárcel. Tras las fuertes protestas contra el régimen de Ortega, la casa del activista Chester Membreño fue incendiada en Masaya. Membreño, quien fue secuestrado por los autoconvocados orteguistas, se encuentra privado de la libertad por denunciar enérgicamente al régimen de su país.

Son estas personas, como las Damas de Blanco, Eduardo Cardet, Leopoldo López, Juan Requesens, Jaime Ampié y Chester Membreño, los que nos hacen valorar su lucha por los derechos humanos y la democracia. Es importante que las democracias del hemisferio occidental tomen nota: 

brindar cualquier tipo de legitimidad a estas dictaduras es ser cómplice de las barbaries que cometen contra sus pueblos. Es empoderar al opresor. 

Este mes de diciembre recordemos a todos los presos políticos y de conciencia, quienes son reprimidos y cuyos derechos humanos son violados. Es mi mayor deseo que esta navidad las democracias de las Américas se unan y condenen estas tácticas dañinas que desestabilizan los principios y los valores de la democracia. También, en esta navidad quiero enviar un mensaje de solidaridad y recordarles a todos los presos políticos y de conciencia quienes están injustamente encarcelados que NO están solos. Su lucha no es en vano y su deseo de vivir en un país libre también es el mío.

*Marco Rubio es senador (Partido Republicano) por Florida.

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