Román recibe al 5°. Foto: Camilo Díaz
Una corrida muy seria y dura del capitán Barbero creó drama, metió miedo e impuso su ley en el ruedo. Román que saludó una ovación y Lorenzo cogidos milagrosamente sin consecuencias. Ramsés aplaudido.
¡Santa Bárbara bendita!
Manizales, Colombia, 1 09 19
Tarde no de brillantez, pero sí de alta intensidad. Sin tregua. Ninguno espabiló, ni en la arena ni en el cemento. No se podía. Primero por la imponencia de los toros con sus enhiestas púas, esgrimidas con pericia cinqueña y el poder de una casta que no en todos fue buena. Se adueñaron de la tarde y las cuadrillas abrumadas no pocas veces estuvieron a merced. Pelearon a muerte los monopuyazos, acorralaron, desarmaron y corretearon a los banderilleros e hicieron presentir la tragedia. No solo en las cogidas de Román y Lorenzo sino en muchos de sus viajes.
Cuatro de cinco años, los otros casi, casi. Tres negros, dos jaboneros, dos castaños. Cuatro aplaudidos de salida, primero, segundo, quinto y quinto bis; dos en el arrastre, primero y segundo. Los demás silenciados. El que abrió fue un torazo bravo y claro. El siguiente, muy enrazado y emotivo. También el tercero. Los otros mansos, broncos y asustadores. Hubo toro-toro, para torear, disfrutar y sufrir. Esa es la fiesta.
Dos impresionantes pares al cuarteo de Ricardo Santana al indómito quinto bis. Una vara romaneada, espectacular, de Adelmo Velázquez a “Rabioso”, el cuarto. El quite de Jaime Devia al caído e inerme Román. La euforia sostenida de Taurojoven que copó el tendido seis. La tensión en que se mantuvo la plaza toda la corrida. La dignidad y acierto del palco toda la tarde. Quedan en el recuerdo.
Ramsés, abrió con el toro de la tarde “Trotador”, jabonero de 518kilos. Seis verónicas, larga, revolera. La primera colada cantó que la cosa iba en serio. Refrendada con dos más a lo largo de la lidia. Dos cambios por pecho y espalda ligados a un obligado y un molinete impactaron el tendido y arrancaron la música, que luego la escueta frialdad del bogotano iría desjustificando. Aguantó mucho la bravura exigente, pero no abundó en las tandas. Los tres pinchazos y la espada desprendida le privaron del premio que le tenían listo. El santabárbara murió buscando pelea. Con el cuarto quiso más, pero pudo menos porque se le rajó y lo mató mal y con aviso tras larga y sosa porfía.
Román, se ganó la plaza por el camino bullidor y populista en medio de lo cual pintó dos naturales aislados, de lo mejor. La gente a tope con él y la banda también. Y se hubiese ido de triunfo peludo, sí no mata el bueno, el segundo, con pincho, estocada pasada inane, dos avisos y seis crucetazos. Y también con el entablerado quinto bis, al cual persiguió por el ruedo a vuelta completa obligándole a pasar, entre ovaciones (?), pero el espadazo atravesado huyendo, la tardanza y los dos descabellos impidieron complacer la petición orejicida.
Álvaro Lorenzo, se presentó con tres bellas verónicas, sin embargo, luego, el desarme las emborronó. Volvió a dar testimonio de su estética en cuatro pictóricos muletazos genuflexos. Pero las asperezas del tercero hicieron de cal y arena una faena espasmódica, mal rematada y avisada. Con el veleto sexto protagonizó los momentos más angustiosos de la corrida. Cogido y recogido en el suelo, se salvó de milagro. Maltrecho, rengueante, puso fin al drama con un fierrazo recursivo y tres descabellos.
Para bien y para mal, esta tarde la importancia la dio el toro. Cómo debe ser, como debería ser, siempre.
FICHA DEL FESTEJO
Miércoles 9 de enero 2019. Plaza Monumental de Manizales. 4ª de feria. Nubes, frío y niebla. Dos tercios de aforo. Siete toros de Santa Bárbara (en Domecq), muy bien presentados, serios, dispares encastados en bravo y en manso. Se corrió como 5º bis el 1er reserva. Aplaudidos de salida 5º y 5º bis, en el arrastre 1º y 2º.
Ramsés, palmas y silencio tras aviso.
Román, silencio y saludó tras petición.
Álvaro Lorenzo, silencio y silencio.
Incidencias: Saludó Ricardo Santana tras parear al 5º bis.
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