jueves, 7 de febrero de 2019

Talavante debe recapacitar / Por Paco Mora


(Foto: Arjona)

El toreo es un arte trufado de peligro y nadie tiene derecho a tratar de influir en que un hombre que ha decidido, temporal o definitivamente, colgar el traje de luces, vuelva a enfundárselo. Pero como aficionado me duele que un torero de auténtica calidad y con un sello tan personal le dé carpetazo a su profesión en el mejor momento de su carrera..


Talavante debe recapacitar

Paco Mora
No quisiera sentirme responsable de que Alejandro Talavante volviera atrás de su decisión y se dejara anunciar en las ferias de comienzos de temporada como Fallas, Feria de Abril y San Isidro. El toreo es un arte trufado de peligro y nadie tiene derecho a tratar de influir en que un hombre que ha decidido, temporal o definitivamente, colgar el traje de luces, vuelva a enfundárselo. Pero como aficionado me duele que un torero de auténtica calidad y con un sello tan personal le dé carpetazo a su profesión en el mejor momento de su carrera y que su nombre no figure en las grandes ferias de la temporada de 2019.

Es posible que Alejandro esperara mejor respuesta a su esfuerzo, tanto por parte de las empresas como de quienes llevaban su carrera, y que eso le haya llevado a dar el portazo. Ignoro si estaba cargado de razones para tomar tal decisión o solo ha sido una pataleta, producto de un rifirrafe de esos que se solucionan sentándose dos hombres frente a frente y cantándose las verdades del barquero a cara de perro, sin acritud y con espíritu de entendimiento.

Pero de lo que estoy seguro es de que Talavante tiene muchas cosas que decir todavía en el toreo y como aficionado me dolería que se marchara sin decirlas. No es fácil reunir las excepcionales condiciones que concurren en el torero extremeño y sería una pena que todo quedara en algo que pudo ser y no fue. Cosa que no es imposible porque en el mundo del toreo, como en otros muchos sujetos a tan diversos avatares como el arte de Cúchares, camarón que se duerme, la corriente se lo lleva. Y cuando se pierde comba a veces resulta muy difícil volver a coger el ritmo.

Conste que hablo como simple aficionado, sabedor de que es muy probable que, cosas que no ha podido resistir Alejandro, serían posiblemente para mí también difíciles de digerir. Pero no me quiero privar de reconocer que me confortaría ver el nombre de este magnífico torero y peculiar personaje en los carteles de las ferias más importantes de España y de todo el universo taurino. Sobre todo, teniendo en cuenta que lo que uno ve hoy como una montaña infranqueable mañana lo puede contemplar como una pequeña colina. Y lo que es peor, que entonces ya nada tenga remedio...

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