domingo, 26 de mayo de 2019

10 minutos de ilusión y 25 cm. de cornada / por Antolín Castro



Pero sí hubo momento para sentirse en una plaza de toros y ese coincidió con la entrega, el tesón y el valor del torero francés Juan Leal. Fueron diez minutos iniciados desde el centro del platillo, de hinojos, para aguantar la veloz embestida del toro y embarcarla en largos derechazos y rematar con dos pases de pecho. Hubo emoción en los tendidos contagiados por la ilusión del joven espada.

10 minutos de ilusión y 25 cm. de cornada

Los números no son, no deben ser, una parte importante de la Tauromaquia pero, por supuesto, que forman parte también de la misma.

Que si dos puyazos, que si tres pares de banderillas, que si una o dos orejas… ya ven, si se utilizan los números, aunque eso no sea lo más importante, salvo para aquellos que no saben contar otra cosa que las orejas que se cortan.

Hoy se han lidiado seis toros de Pedraza de Yeltes, otro número, pero las condiciones mostradas, abundando la debilidad de patas, la desigual presencia y mucha nobleza no exenta de sosería, terminaron perdiéndose en los largos y tediosos trasteos de sus matadores. No terminaron de gustarme ni los toros ni los toreros, aunque a favor de los toros los hubo que acudieron alegres al caballo.

Pero sí hubo momento para sentirse en una plaza de toros y ese coincidió con la entrega, el tesón y el valor del torero francés Juan Leal. Fueron diez minutos iniciados desde el centro del platillo, de hinojos, para aguantar la veloz embestida del toro y embarcarla en largos derechazos y rematar con dos pases de pecho. Hubo emoción en los tendidos contagiados por la ilusión del joven espada.

Pasado ese minuto comenzó, ya de pie, lo que podríamos decir la faena normalizada, y ahí se le vieron las carencias a pesar de su constante voluntad e ilusión por alcanzar cotas altas. No fue así hasta que al ir a dar un pase de pecho el toro se quitó de encima tanto encimismo corneándole con cierta saña por el glúteo. Emoción contenida entre el público y visiblemente herido el francés volvió al toro para recetarle los mejores pases de la faena. Estocada efectiva para cerrar los diez minutos de ilusión de un joven que venía a darlo todo y al que esos momentos vividos le sirvieron para cortar una oreja por parte de la sensibilidad del público.

Podemos decir que lo dio y, a cambio de disfrutar de esos minutos, recibió una cornada de 25 centímetros en el glúteo. Más cm. de herida que los minutos demostrados de ilusión del torero. Ni toda la lidia del toro llegó a los 25 minutos. La cornada superó con  creces los números puestos encima de la arena.

Octavio Chacón, que mató tres por el percance, y Javier Cortés, no supieron, o no pudieron, administrar las nobles y sosas embestidas de sus oponentes y de esa manera no llegaron jamás a los tendidos. Cortés además estuvo muy mal con los aceros. Es además el primero en cumplir con los dos compromisos firmados sin subir ningún peldaño.

De las cuadrillas hoy podemos destacar a la cuadrilla del torero herido, ya que los tres saludaron tras parear a sus toros. Marc Leal, Agustín de Espartinas y Manolo de los Reyes fueron los ovacionados.

Por la mañana también estuvimos en Las Ventas recordando al maestro Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’ a través del documental ‘El Brujo de Apizaco’ del director Rodrigo Lebrija. Triste y emotivo recuerdo del torero y del amigo perdido va para tres años ya.

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