lunes, 19 de agosto de 2019

VENEZUELA. Yonathan Ortega dos orejas con puerta grande en Táriba / por Carlos Alexis Rivera



..su encomiable labor y enjundia torera, se sumaron a la ejecución certera de una  suerte suprema a toda ley, con gran verdad taurina y  apegada a los cánones establecidos en el mundo del toro.

Yonathan Ortega dos orejas con puerta grande en Táriba

Carlos Alexis Rivera / Fotos Juan Carlos Carrero Medina
El matador de novillos nativo del estado Táchira, Venezuela, Yonathan Ortega se consagró como triunfador de la edición 54 de la Feria en honor a la Virgen de La Consolación de Táriba, capital del municipio Cárdenas de la referida jurisdicción fronteriza con Colombia.
El novillero recibió a “Leñador”, - su único novillo y el último ejemplar lidiado esa tarde del 18 de agosto de la divisa venezolana de Laguna Blanca- , con buenas maneras en el capote, avivando las palmas de la afición que en poca medida asistió al festejo mixto escenificado en el Coliseo “Hugo Domingo Molina” de la “Perla del Torbes” y que calienta el ambiente taurino de cara a la Feria de Tovar que se llevará a cabo en septiembre próximo.

Ortega en el tercio de muleta estuvo voluntarioso, dejando constancia de su tauromaquia, con derechazos de importancia; al tomar la pañosa con la mano zurda, la embestida de Leñador fue más acuciosa, permitiendo por momentos el lucimiento del alternante a quien quizá le faltó un poco más de tranquilidad en el ruedo y así verle desparramar por completo  ese arte que atesora y que se le ha visto en otros ruedos venezolanos.
Sin embargo, esa encomiable labor y enjundia torera, se sumaron a la ejecución certera de una  suerte suprema a toda ley, con gran verdad taurina y  apegada a los cánones establecidos en el mundo del toro, elementos que fueron tomados en consideración por la Comisión Taurina Municipal del coliseo, para que a fuerza de palmas y pañuelos blancos, le fueran otorgadas las dos orejas; justo premio a lo mostrado el en ruedo por el novillero bionalista. 


Los demás alternantes

Los compañeros de cartel del triunfador de Táriba, estuvieron muy por debajo de las expectativas y de sus respectivos ejemplares; el Mexicano Mario Mora se consiguió con un novillo/toro noble, que le permitió algunas filigranas de lucimiento, pero la falta de oficio le pasó factura, recibiendo un achuchón por parte del astado y el más absoluto silencio por parte de la afición. 

El Venezolano Alexander Guillen, quizá contó con el novillo/toro más manso del encierro lagunero, pues apenas salió de los toriles  se aquerenció y a pesar de los esfuerzos hechos hasta el cansancio por el diestro, Leña fina como fue nombrado este ejemplar, no se prestó para el lucimiento de este torero que por tercera vez se presentaba en la “Perla del Torbes”.

Por su parte el otro norteamericano Rodrigo Cepeda “El Breco” fue muy alegre con el capote, levantando la algarabía en el tendido, se empleó con gran voluntad en el tercio de banderillas, y perdió cualquier posibilidad de triunfo al ser errático de manera drástica con el estoque, recibiendo pitos del soberano. 

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