En México, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela tendrán oportunidad los diestros locales para confrontar con los españoles en una injusta reciprocidad que aquí no se produce. Los mexicanos, mayormente, ocuparán puestos que ni en sueños pueden ocupar acá. Sin hacer ascos a las figuras españolas, competirán con ellos, cosa que aquí no sucede salvo en el caso del peruano.
Para Europa, América toma el relevo
Terminada la temporada en España y en Europa, América toma el relevo de la actividad taurina.
No sabemos si es momento de descanso para los aficionados de estos lares o, simplemente, de relajación al no tener que acudir, para ver toros, a los cosos taurinos. Quizá sea buen momento para la reflexión y el análisis de cuanto ha acontecido en este 2019 que va tocando a su fin.
América siempre tendrá el sentido de continuación para aquellos diestros que cruzan el charco para seguir toreando, también para visionar de forma más representativa las actuaciones de los toreros americanos, que son muchos y a los que se ve muy poco en este lado del Atlántico. Más en este año en el que Roca Rey hubo de parar su temporada por lesión y hasta la figura mexicana, Joselito Adame, hubo de marcharse por falta de contratos.
En México, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela tendrán oportunidad los diestros locales para confrontar con los españoles en una injusta reciprocidad que aquí no se produce. Los mexicanos, mayormente, ocuparán puestos que ni en sueños pueden ocupar acá. Sin hacer ascos a las figuras españolas, competirán con ellos, cosa que aquí no sucede salvo en el caso del peruano.
Precisamente es el regreso de Roca Rey el mayor atractivo para este otoño/invierno americano. Su reaparición, confirmada en la feria de Lima, pondrá sobre la mesa si esas ansias para ocupar el cetro siguen vigentes en sus expectativas como máxima figura.
Su obligado parón allá por julio, tras su paso por Pamplona, fue una de las noticias de la temporada recién acabada. Junto a esa desgraciada lesión la temporada ha sido pródiga en graves percances, tanto como que su cierre ha sido el más teñido de sangre. Javier Cortés, Gonzalo Caballero y Mariano de la Viña, lamentablemente, son los nombres que quedan en la memoria de todos en este final.
Pero la temporada, con San Isidro en cabeza, se ha caracterizado por ser una de las más sangrientas de los últimos años. No olvidamos percances gravísimos como el de Rafaelillo en San Fermín, Román y Escribano, además de Caballero, en Madrid. Ponce también sufrió un destrozo importante en su rodilla en Fallas, que le tuvo en el dique seco durante meses. Sin querer olvidarnos de otros muchos diestros, dejamos constancia con los citados.
También ha habido alegrías, como la irrupción de Pablo Aguado entre los toreros queridos y deseados por los aficionados. La gran temporada de Paco Ureña tras la pérdida de la visión de un ojo. La consolidación de Emilio de Justo como uno de los imprescindibles en todas las ferias. El poso y naturalidad de Urdiales, así como Ferrera y su capacidad para innovar y ofrecer un espectáculo diferente, sin podernos olvidar de la emotiva despedida de El Cid. Como con los percances, otros muchos toreros han contribuido a satisfacer las expectativas durante este año.
Los toros han seguido por el mismo camino de los años anteriores. Bombones para los de arriba, pan duro para el resto. Entre las noticias a destacar está el primer indulto a un toro de Miura. Ese indulto supera, por insólito, la multitud de indultos a otros toros de los del carretón.
Mucho de lo relatado ha llenado los corazones de los aficionados y marcará el recuerdo de este 2019, pero ahora toca poner la mirada en los países americanos. Aquí solo nos quedaremos con saber cómo se recompondrán los distintos apoderamientos de las muchas rupturas habidas en estos últimos días.
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