viernes, 1 de noviembre de 2019

Algo ha cambiado / por Paco Delgado



Hace unos días me han hecho un regalo formidable. Mi amigo Vicente Sobrino, conocedor de mi gusto por la hemeroteca, me ha regalado las colecciones, unas encuadernadas, otras no, de varias publicaciones que, desgraciadamente, hace años que dejaron de estar en los kioscos. Digame, El Ruedo y La Actualidad Española. Las dos primeras, bien conocidas por los aficionados, tenían como temática el mundo taurino.

Algo ha cambiado

Dígame fue fundada, en 1940, por quien también sería su director, Ricardo García “K-Hito”. Su contenido era muy variado, abarcando temas de actualidad: música, cultura, arte, moda, deportes y, por supuesto, toros, a los que dedicaba alrededor de la mitad de sus páginas, siendo una de las revistas de información general que ha pasado a la historia de las publicaciones españolas.

El Ruedo, paradigma de información taurina, nació como suplemento del diario deportivo Marca, publicándose partir del día 2 de mayo de 1944. Fue tal el éxito que tuvo que pasó a ser un semanario apenas un mes más tarde. El primer director y fundador de esta revista fue Manuel Fernández-Cuesta, pero quien la llevó a ser una de las revistas más importantes en su género fue Manuel Casanova Carrera, que la dirigió hasta su fallecimiento, editándose ininterrumpidamente hasta el 1 de febrero de 1977, fecha en la que salió a la venta su último ejemplar.

El caso de La Actualidad Española es distinto. Fue una revista ilustrada de información general y crónicas de actualidad política y cultural aparecida a mitad del pasado siglo. La fundaron el periodista Jesús María Zuloaga, el político y director general de información Florentino Pérez Embid, y el catedrático Antonio Fontán, apareciendo por primera vez en los kioscos el 12 de enero de 1952. Publicación para mí muy especial, puesto que mi padre estaba suscrito y la recibíamos en casa cada semana, acompañada durante algunos años por un extraordinario suplemento infantil en el que descubrí, entre otras maravillas, a Diego Valor, Tintín, Dan Dare o Jeff Arnold.

Por ella pasó gente como José Luís Cebrián Boné, padre del ejecutivo de PRISA Juan Luis Cebrián, bajo cuya dirección alcanzó un gran prestigio y una tirada de 200.000 ejemplares, José Antonio Vidal Cuadras, Luís Ignacio Seco, Pedro Calvo Hernando, Pilar Urbano, Miguel de la Cuadra-Salcedo, entre otros. En la misma se tocaban temas de actualidad nacional e internacional pero con profundidad y seriedad; se repasaba cómo había sido la guerra civil española y la postguerra, el proceso de Nuremberg, la llegada del astronauta ruso Yuri Gagarin al espacio, la conquista de la luna, la planificación familiar, el fracaso escolar, la China de Mao, el golpe de estado en Chile, la guerra de Vietnam o el Concilio Vaticano II. Había información deportiva, sobre cine, teatro, televisión, libros… y toros, naturalmente. Los toros tuvieron siempre cabida en LAE, que era la abreviatura con que se conocía y citaba. 

Me acuerdo de leer en ella reportajes sobre el fenómeno que supuso la aparición de la pareja Aparicio y Litri, sobre Manuel Benítez “El Cordobés”, la cogida de Jaime Ostos, el adiós de Antonio Bienvenida o lo sucedido en las principales ferias de la temporada. 

Hasta publicaron hacia 1970 una enciclopedia taurina en miniatura y coleccionable por entregas. Que ya conservaba antes del obsequio de Sobrino.

¿Qué ha cambiado en nuestra sociedad para que ahora sea impensable que puedan aparecer noticias del mundo del toro en una publicación de información general como aquella? Las ferias siguen programando sus funciones, el público sigue yendo a las plazas, continúa generando interés entre la gente… Pues además de que la situación política ha terminado generando un estado de opinión contrario al espectáculo taurino, en el mundo del periodismo ya no parece primar el interés del lector, que sigue demostrando que gusta de la cosa taurina, sino que se pone por encima de todo los dictados de la entidad patrocinadora o subvencionadora que corresponda -y que creen que ahora hay que eliminar todo lo que represente a España- y que los periodistas, con la excepción de los especializados en el tema toros -aunque algún infiltrado hay que sabotea desde dentro- piensan que para ser modernos, europeos, molones y tal lo de los toros, ni tocarlo.

Que aprendan de LAE.

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