miércoles, 4 de diciembre de 2019

Poner a la zorra a cuidar las gallinas / por Francisco Bendala Ayuso



Batet es antiespañola hasta las trancas, odia a España, aunque no sabe por qué ni le interesa, a su patria --que lo es, aunque ella no lo quiera--, sólo porque Batet tiene el cerebro reducido al tamaño de un cacahuete por las historias para no dormir que le han contado desde pequeñita.

Poner a la zorra a cuidar las gallinas
  • No se explica… ¿o sí? que a estas alturas aún se permita que una individua como Batet llegue a donde ha llegado; y por cierto sin cortarse un pelo.

Francisco Bendala Ayuso
El Correo, Madrid, 4 Diciembre 2019
De nuevo tenemos al frente de nuestro más que desacreditado Parlamento a M. Batet, la cual repite cargo --tercera autoridad del Estado español--, cuestión nada baladí si, como está cantado, Sánchez logra formar Gobierno aunque lo tenga que hacer con los pantalones bajados hasta los tobillos y los calzoncillos… también, y mientras pide perdón por dar la espalda a los… secesionistas y a los comunistas de toda ralea con los que se revuelca desde hace días con tal de conseguir la poltrona y seguir saliendo en la foto; ¿y a España?… que le den también… claro.

Y es que Batet, de la que ya conocemos trayectoria, formas y fondo, supone lo mismo que poner a la zorra a guardar las gallinas.

Batet es uno de esos exponentes, de esos no ya indicios, sino pruebas, de que los españoles de esta época han perdido el juicio y van a perder la cabeza. Batet es la imagen de una España degenerada que camina hacia el precipicio mirando al tendido y silbando, que se hace el haraquiri hincando cada día un poco más la catana, es la imagen de nuestra peor decadencia.

Batet es la parcialidad personificada, la estulticia desorejada, la ignorancia suprema, el producto perfecto del adoctrinamiento secesionista permitido, amparado e impulsado desde Madrid, más, mucho más que desde Barcelona, por PSOE y PP según el turno.

Batet es referencia de la generación de los setenta del siglo pasado… imagínense cómo son las siguientes ya en cargos y para qué hablar de las que asoman la patita por la puerta.

Batet es antiespañola hasta las trancas, odia a España, aunque no sabe por qué ni le interesa, a su patria --que lo es, aunque ella no lo quiera--, sólo porque Batet tiene el cerebro reducido al tamaño de un cacahuete por las historias para no dormir que le han contado desde pequeñita.

En Batet se dan sublimes contradicciones y contrasentidos hasta extremos paranoides.

Siendo, según su currículum --si es que no es falso o conseguido a base de copiar o de algo más escabroso-- especialista en Derecho Constitucional, no hay día que no se salte la Constitución o que ampare que otros lo hagan o que intente hacer lo posible por destruirla.

Se dice “socialista” pero debería militar en ERC o en los CDR mejor, porque es más secesionista que todos ellos juntos; o bien la prueba de que el PSOE es tanto o más que éstos… ¿ven por dónde voy?

Niña bonita de Sánchez nos da la pauta de las ideas, o mejor decir de las malas intenciones, que anidan en tan patético y dañino personajillo.

Batet al frente del Congreso, otra vez, es la puerta del agujero negro en el que España se va introduciendo y del que cada minuto que pasa le va a costar más salir… si es que esta vez puede.

No se explica… ¿o sí? que a estas alturas aún se permita que una individua como Batet llegue a donde ha llegado; y por cierto sin cortarse un pelo.

Lo peor, con todo de Batet, no es ni siquiera ella, sino que está donde está porque son jauría las zorras que desde hace décadas colocamos a guardar las gallinas. Dejémonos de quejarnos cuando nos muerden.

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