miércoles, 4 de marzo de 2020

De Jerez al coronavirus pasando por el parlamento de Navarra / por J.A. del Moral



Morante ya tendría avanzado el argumento de la añorada concurso. También se hablado del fallo favorable del Constitucional peruano y hasta de la pretensión ‘anti’ de vedar la entrada a los toros a los menores navarros

De Jerez al coronavirus pasando
 por el parlamento de Navarra

En estos días también se ha hablado –y comentado- de algunos aspectos organizativos de la corrida concurso de ganaderías de Jerez. Morante, con el apoyo de Juan José Padilla en labores de campo, es el verdadero resucitador de este evento que formó parte de la extensa programación taurina del coso jerezano. La ‘concurso’ de Jerez se recuperó efímeramente en 2014 pero su historia, realmente, se había cerrado en 1990. Se había creado mucho antes, en 1955, a instancias de don Álvaro Domecq. El festejo se celebraba a comienzos de septiembre, dentro de la añorada Feria de la Vendimia, y muchas veces al día siguiente de la Goyesca de Ronda. La concurso, como la llamada ‘Corrida del Arte’ formaba parte de la riquísima temporada jerezana que, como tantas cosas, se marchó para nunca volver…

Pero hay que volver a nuestros días. El loable empeño ya contaría con su correspondiente lista ganadera: el diestro de La Puebla habría reseñado sendos ejemplares de Fermín Bohórquez, Torrestrella, Fuente Ymbro, Jandilla, Santiago Domecq y Zalduendo que, de alguna manera, hacen un guiño al antiguo campo bravo gaditano, en especial a las vacadas que crecieron y se multiplicaron en torno a la laguna de la Janda bajo el ancho paraguas de los Domecq y Díez. Ése podría ser el mejor argumento de un cartel, organizado bajo la batuta de Toño Matilla, en el que Morante alternará mano a mano con El Juli.

Del filo y el tamaño de las puyas

Pero la cosa se habría enfangado en torno a las puyas a usar. Y al diestro cigarrero no le falta razón. Demanda el empleo de unas puyas menos agresivas que, diga lo que diga el indignado talibanismo de las redes, redundaría en una mayor brillantez del espectáculo y especialmente de la suerte de varas que se pretende proteger. Los toros sangran mucho y sangran mal, perdiendo la partida de antemano con un caballo desmesurado –el mejor domado de la historia, que también es verdad- que le ofrece pocas ventajas al enemigo. La reducción de la puya es justa. También necesaria. Y podría ayudar a recuperar el sentido de la suerte y hasta de esos quites –ahí hay que tomar nota del desenfado de Ferrera y el propio Morante- que ahora son simulaciones premeditadas. ¿Cuál es el problema entonces?


De Perú a Navarra

Mientras los nuestros se enfangan con el uso de una puya, los antis siguen dando su particular chapa en todos los terrenos. Pero, afortunadamente, no todo está perdido. La grey taurina tiene que celebrar que el Tribunal Constitucional del Perú ha desestimado el recurso de los animalistas que perseguían la prohibición de las corridas de toros y las peleas de gallos en el país andino. Los siete magistrados del máximo órgano judicial determinaron que la norma exime a ambos espectáculos de la aplicación de la Ley de Protección y Bienestar Animal y se ajustan a los preceptos de la Constitución peruana. ¿Les suenan los términos del asunto? Ya se sabe que cuando las barbas del vecino ves pelar has de poner las tuyas a remojar… Y hablando de barbas, hay un señor con toda la ídem que ha comparecido ante la Comisión de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior del Parlamento de Navarra. Hablamos del periodista Chapu Apaolaza, portavoz de la Fundación del Toro de Lidia y hombre criado a la sombra de los vallados de San Fermín, autor del libro ‘Siete de julio’. Se trataba de dar respuesta a esas entidades antitaurinas que ya habían sido invitadas al parlamento navarro para solicitar la modificación de la noramtiva que permita elevar a 18 años la edad mínima para poder asistir a corridas de toros y escuelas taurinas. “Prohibir o censurar la Tauromaquia supone reducir las opciones de libertad de los ciudadanos y pone en riesgo la propia diversidad de la fiesta” le espetó Apaolaza. Ya saben que la nueva inquisición está echando horas extras…


De epidemias y reapariciones

Y sí, también vamos a hablar del famoso corona virus y de la ola de pánico que empieza a generarse en torno a una epidemia que exige, sobre todo, mayor información y menos dosis de alarmismo y sobreactuación. ¿Peligra la celebración de las primeras ferias? Apuesten a que no llegará la sangre al río… Nos marchamos ya, haciéndonos eco de una buena noticia adelantada por El Mundo. Saúl Jiménez FortesFortes a secas en los carteles- ya ha habría podido poner fecha a su reaparición: sería el próximo 23 de abril, día de San Jorge, en la plaza de Zaragoza y mano a mano con Daniel Luque. Se pondría fin así a ese tortuoso camino iniciado a raíz de la fractura de peroné sufrida en la madrileña feria de Otoño de 2018. El matador malagueño había logrado ponerse en el punto de mira de profesionales y aficionados gracias a un macizo y personal sentido del toreo que había hecho olvidar aquellos años de entrega volcánica que le hacía gravitar siempre en el filo del precipicio. Después llegaron las complicaciones de la lesión, una gravísima infección ósea y hasta dudas más que razonables sobre su continuidad en la profesión. Todo eso pasó y aunque también ha tenido que sobreponerse al brevísimo apoderamiento de Luisito –que tuvo que desistir por una serie de condicionantes profesionales y personales- el torero vuelve a la cancha. Merece más y mejor suerte para rentabilizar su talento. Adelante… Sólo una cosa más: felicitamos efusivamente a la Real Maestranza de Caballería por esa flamante Medalla de Andalucía que ha venido a saludar sus 350 años de fecunda historia. Enhorabuena.

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