viernes, 24 de abril de 2020

Luis Del Sol: Settepulmoni / por Alberto Cosín


"un jugador muy competitivo que no le gustaba perder. 
Por eso su filosofía encajaba en la del cuadro madridista".

Luis Del Sol: Settepulmoni

Alberto Cosín
La Galerna / Abril 2020
Luis Del Sol fue un interior derecho completísimo que aunaba calidad y una técnica depurada con un enorme recorrido sobre el terreno de juego debido a su gran resistencia física. En Italia se ganó a pulso el apodo de Settepulmoni (Siete pulmones) por esta cualidad. Además, y como bien declaraba el propio del Sol, era "un jugador muy competitivo que no le gustaba perder. Por eso su filosofía encajaba en la del cuadro madridista".
En el club bético comenzó a destacar sobremanera a finales de los años 50 siendo el referente del ascenso a Primera en 1958, y llamando pronto la atención de importantes equipos como el Real Madrid y el Barcelona
En el verano de 1959, con motivo de la visita del Santos a la capital de España, el equipo blanco pidió permiso para utilizar a Del Sol en el amistoso frente al cuadro de Pelé a lo que accedió el equipo andaluz. Querían ver en directo a un jugador al que decían era el Di Stéfano del Betis.


Apenas unos meses más tarde ya salieron en la prensa los primeros rumores de distintas ofertas de Bernabéu para firmarlo por el Real Madrid. Una propuesta de dos millones de pesetas del máximo mandatario blanco, más los traspasos del argentino Rial y Enrique Mateos, no llegó a ser confirmada. Fue en abril de 1960 cuando cristalizaron las negociaciones. 
Todo sucedió tras un amistoso del Betis y el Tenerife en Heliópolis. Del Sol no estaba convocado, pero, tras decisión de última hora, los directivos béticos le dijeron que tenía que jugar unos minutos. La razón: Raimundo Saporta y el gerente Antonio Calderón habían llegado desde Madrid y estaban en la tribuna para presenciar el encuentro. Luego del choque, el interior fue a casa del presidente Benito Villamarín quien le confirma que ha sido traspasado al Real Madrid por 6,5 millones de pesetas, más los jugadores Llorens, Pallarés y Martín Esperanza (todos del filial blanco: el Plus Ultra) y también la participación gratis de los blancos en la siguiente edición del Trofeo veraniego del club verdiblanco. Al día siguiente, Del Sol viajó a Madrid y estampó su firma como futbolista merengue.

Aquel fichaje llevó el sello inconfundible de Santiago Bernabéu. El equipo había perdido la Liga ante el Barcelona por el gol average y el presidente necesitaba un golpe de mano. Y más después de la reciente incorporación de un nuevo entrenador, Miguel Muñoz, en sustitución de Fleitas Solich. El jugador soriano sería un refuerzo para la Copa, y sobre todo para la Copa de Europa donde se medían al Barça en las semifinales. Del Sol debutó en un amistoso frente al Deportivo de la Coruña y fue titular en los dos choques europeos que ganó el Madrid, cumpliendo con nota alta. También disputó la histórica final de Glasgow contra el Eintracht de Frankfurt, realizando un encuentro espectacular. La delantera formada por Canario, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento ya había dejado su huella en la historia.

El interior permaneció dos temporadas completas con los blancos aumentando todavía más su nivel y cuajando sendos cursos magníficos. En la campaña 1960-1961 se fue hasta los 17 tantos ligueros (el tercer máximo anotador del equipo) y el cuadro madridista recuperó la hegemonía en el fútbol nacional poco después de levantar la Copa Intercontinental. En su última campaña, Del Sol volvió a ser imprescindible para Miguel Muñoz, y los merengues conquistaron el doblete de Liga y Copa. Sin embargo, el curso terminó con una espina clavada al perder la final de la Copa de Europa contra el Benfica, cuando llegaron a dominar en el marcador por 0-2 y 2-3.

El Real Madrid como club a principios de los años 60 volvió a vivir algunos problemas económicos al igual que le había sucedido a mediados de la década de los 40. La institución de Chamartín había gastado mucho dinero y los gastos y compromisos por pagar eran muy superiores a los ingresos que conseguía en esas fechas. A duras penas se cumplían los pagos con los proveedores y las líneas de crédito con algunos bancos no permitían un incremento del riesgo. La situación era grave y las vacas flacas se instalaban en el club.


Bernabéu y Saporta lo llevaban en la intimidad y apenas hubo noticias en la prensa o en el entorno del equipo. La decisión fue unánime: traspasar a algún jugador importante. El elegido fue Del Sol, que con 26 años era ya una realidad, pero también una de las figuras de mayor proyección del fútbol español. En Italia tenía varios pretendientes. El primero con el que se negoció fue el Torino. Incluso el soriano llegó a firmar delante del presidente del club Angelo Filippone. Pero los tifosi estallaron en contra de su mandatario por una operación de tan alto coste, con las familias del Il Grande Torino (el equipo que pereció en accidente aéreo en Superga en 1949) pasando enormes penurias económicas. El traspaso se canceló y ahí entró en escena el otro gran club de la ciudad, la Juventus, que sí pagó la espectacular cifra de 25 millones de pesetas (además de 8 millones para Del Sol) para hacerse con el jugador español.

Saporta se despidió de él con gran tristeza y asumiendo la razón económica como eje principal del traspaso. El vicepresidente blanco le confió: “Luis, han venido por ti. Si vienen por el equipo entero, lo vendo, porque nos han cogido en un momento verdaderamente apretado”. Por su parte, Del Sol se marchó agradecido a la entidad blanca, con un “inmejorable recuerdo en todos los aspectos del club, sobre todo por el gran cariño y trato recibido. Nunca olvidaré el compañerismo que encontré en el Real Madrid”.

*Artículo reflotado con motivo del 85 aniversario del nacimiento de Luis del Sol.

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