Estamos ya en estado de “libertad”, yo diría que en libertad condicional bajo fianza y, hasta albergamos la ilusión de que, este año, como algunos medios nos indican, hasta es posible que tengamos toros, algo que celebraremos con gozo desmedido.
De lo perdido saca lo que puedas
Pla Ventura
Toros de Lidia / 26 junio, 2020
Como quiera que todos los refranes sean ciertos, el aludido en la cabecera del texto es otra verdad que aplasta. En este año nefasto para la tauromaquia, al final, justamente en el epicentro de lo que debería de haber sido la temporada actual, todo el mundo sabe cómo nos encontramos; eso, tratando de recoger las migajas de aquello que ha quedado en el camino.
Como digo, en el transcurso de la pandemia, ante todos los acontecimientos que se desataron de la noche a la mañana, todo lo vimos perdido y, la prueba no fue otra que la suspensión de todas las actividades taurinas, del ramo que fuere, pero todo anulado. Ante lo que estábamos viviendo, los aficionados nos entristecíamos cada día un poco más; primero por la reclusión a la que fuimos sometidos y, acto seguido al ver que el “viento” se llevaba todas nuestras ilusiones.
Estamos ya en estado de “libertad”, yo diría que en libertad condicional bajo fianza y, hasta albergamos la ilusión de que, este año, como algunos medios nos indican, hasta es posible que tengamos toros, algo que celebraremos con gozo desmedido. Como antes decía, de lo perdido, recogeremos lo que podamos que, en este caso no será otra cosa que asistir a todo espectáculo que nos sea posible, dentro de los parámetros que al respecto se han dictado.
Se habla de una congregación hasta el 75% del aforo de las plazas, algo que si en verdad es cierto, tenemos todas las posibilidades de que hayan toros en muchos lugares; algunos no los darán por miedo –miedo escénico, me refiero-, otros por cobardía pero, los más sagaces y aventureros, seguro que tiran hacia delante, asumen el riesgo y salvan la fiesta que, en la actualidad es lo único que nos haría felices que, mediante la celebración de muchos festejos, los aficionados, viésemos a la fiesta totalmente salvada; con sus lagunas de siempre, pero salvaguardada de las huestes destructivas que todo lo demolen.
Hemos visto, porque así se han pronunciado a los mandatarios de Madrid, tanto en la Comunidad como en su Ayuntamiento, la ilusión por celebrar corridas de toros es un deseo inquebrantable, algo que nos llena de alegría, de luz, de esperanza, no en vano, justamente en Madrid, su plaza de Las Ventas es el lugar adecuado e idóneo para la celebración de las corridas de toros amparándonos en el porcentaje antes dicho, sencillamente porque el aforo de Las Ventas da para lo que han estipulado y mucho más.
Hemos sufrido lo indecible porque, pese a la pandemia, la peor “epidemia” la tenemos en nuestros gobernantes, algo que nos hacía temblar; es decir, temblaba hasta el misterio que solemos decir cuando algo es difícil de cuantificar o de celebrar. Parece ser que, los hechos les han demostrado lo contrario que ellos pensaban o demandaban como, por ejemplo, esas manifestaciones en tantísimas ciudades de España que, de algún modo, hasta sospecho que les han hecho pensar. De que estamos vivos es un ejemplo clarividente; las pruebas así lo certifican. Ahora toca, como digo, la valentía absoluta de los empresarios en comenzar a organizar corridas de toros como las que ya nos han anunciado, un gesto que nos llena de orgullo.
En estos instantes, cuando comprobamos que en distintos puntos de España, algunos empresarios ya han montado sus carteles, un tanto aislados unos con los otros pero, por ejemplo, pensar que pueda haber toros en El Puerto de Santa María, amén de otras plazas que así lo han anunciado, la dicha no puede ser mayor.
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