BARCELONA, JUNIO DE 1987. ATENTADO DE ETA: 21 MUERTOS
27 kilos de amonal, 200 litros de gasolina,
escamas de jabón y pegamento
El infierno de Hipercor. Un garaje convertido
en un horno a 3000 grados de temperatura
Javier Navascués
El Correo de España / 29 JUnio 2020
El pasado 19 de junio recordamos con mucho dolor, un año más, el atroz atentado de ETA en el Hipercor de Barcelona, uno de los hechos más siniestros y execrables de la banda terrorista, que acabó de la manera más cruel e injusta con la vida de 21 personas.
Todos hemos oído hablar mucho del atentado de Hipercor pero seguramente seguimos sin ser conscientes de la verdadera magnitud del atentado.
Los etarras sumergieron a sus 21 víctimas de aquel fatídico día 19 de junio de 1987 en Barcelona en un horror digno del infierno. Y no es una exageración dramática, sino la pura realidad de lo que pasó.
Según la sentencia del juicio, los etarras responsables, Caride Simón, Troitiño Arranz y, Josefa Ernaga colocaron el coche bomba cargándolo con 27 kilos de amonal, 200 litros de gasolina, escamas de jabón y pegamento creando un material de guerra similar al napalm, que convirtió el garaje en un horno a 3000 grados de temperatura. La mezcla explosiva se adhirió fuertemente a las personas y los coches, devorando el oxígeno.
Las víctimas sufrieron atroces quemaduras y se vieron incapaces de apagar el fuego que las consumía al hallarse la sustancias explosivas adheridas a su cuerpo. Las víctimas se autocombustionaron sin posibilidad alguna de apagar el fuego que las devoraba con el consiguiente sufrimiento y desesperación. Una escena verdaderamente espeluznante de sufrimiento de inocentes que muestra la verdadera barbarie que fueron los atentados de ETA. Además de sus autores materiales el atentado fue responsabilidad del entonces jefe de "comandos" Santiago Arrospide "Santi Potros" y sobretodo de Josu Ternera, entonces jefe del aparato político y número 1 de la banda.
Se vivía la época que ETA denominó "acumulación de fuerzas" en la que llevó a cabo grandes atentados con coche bomba para presionar al gobierno español de Felipe González de cara a las negociaciones de Argel. La idea original de la cúpula etarra era llevar a cabo un gran atentado y una matanza de civiles en un supermercado de Madrid, pero finalmente decidió hacerlo en Barcelona por ser esta ciudad la futura sede olímpica en 1992. Así pensaban enviar un mensaje al Gobierno aún más claro para obligarle a ceder a sus exigencias en la mesa de negociaciones de Argel o ahogarían los Juegos Olímpicos en sangre.
Descansen en paz las víctimas y ojalá los independentistas en Cataluña reflexionen respecto a su admiración por los criminales etarras.
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