sábado, 11 de julio de 2020

¡Lo llamaban el salvaferias! / por Paco Cañamero


Aquel cartel que nació, ocasionalmente, unos años antes con Paquirri, Paco Alcalde y Ángel Teruel, cuando de verdad tuvo pujanza fue en la década de los 80, al engrandecerlo los Esplá, Mendes, El Soro Morenito de Maracay, que entraba en muchas ocasiones por alguno de los citados, viendo los empresarios un filón del que carecían las corridas del postín.



¡Lo llamaban el salvaferias!

Paco Cañamero
Glorieta Digital - Julio/2020O
Hoy hurga en mi recuerdo aquel cartel de los banderilleros que hace tres décadas era imprescindible en todas las ferias. El integrado por Esplá, Mendes, El Soro y, en muchas ocasiones, el simpático Morenito de Maracayque fue mucho más que su par al quiebro-. Aquellas tardes de ferias con el ‘no hay billetes’ y la enorme expectación que despertaban, aunque los puristas, en una mayoría, desertaban y cedían sus entradas bajo la excusa de ‘bajan mucho con la muleta’, algo que el tiempo acabó de borrar para darle el verdadero sitio de figura que gozaron estos grandes toreros.


Aquel cartel que nació, ocasionalmente, unos años antes con Paquirri, Paco Alcalde y Ángel Teruel, cuando de verdad tuvo pujanza fue en la década de los 80, al engrandecerlo los Esplá, Mendes, El Soro y Morenito de Maracay, que entraba en muchas ocasiones por alguno de los citados, viendo los empresarios un filón del que carecían las corridas del postín. Los protagonistas llenaron las plazas durante una década, ganaron mucho dinero y mantuvieron máxima expectación –a pesar de los puristas-. Incluso, de vez en cuando, en las ocasiones que salían del clásico cartel para torear con las llamadas figuras, daban el do de pecho y también triunfaban en los carteles de lujo. Ahí están los grandes éxitos de Mendes en la época. Los de Esplá en tantas plazas o incluso El Soro, a quien en su Valencia natal nadie le hacía sombra. Recuerdo que una de esas tardes brindó un toro al maestro Antonio Ordóñez, que presenciaba la corrida desde un burladero del callejón. Ese día al finalizar el festejo y, mientras El Soro era llevado en volandas, alguien quiso ‘comerle la oreja’ al maestro tratando de ningunear al protagonista del brindis, a lo que el rondeño respondió, “a ver quién es capaz de dar esa docena de naturales que ha dado el de la huerta”. Desde entonces El Soro y Ordóñez fueron muy amigos.


Hoy, cuando han surgido conatos de ternas que banderillean e incluso el ‘sistema’ lo ha querido vender algún nuevo ‘cartel de los banderilleros’ vuela mi recuerdo a aquella época con el inolvidable ‘salvaferias’ de Esplá, Mendes, El Soro o Morenito de Maracay. Porque aquello si que tuvo glamour y grandeza, a ellos luz de tantas imitaciones como han surgido. O han tratado de imponer.


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