lunes, 3 de agosto de 2020

La Historia, "mater et magistra" / por Paco Mora

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo 

Pero que no olvide la susodicha señora que el carácter español da poco de sí para someterse a cualquier tipo de esclavitud. Echando la vista atrás en nuestra Historia, que es “mater et magistra”, se entiende muy bien lo que estoy diciendo. Y llevar a un pueblo a la desesperación, nunca fue bueno para quienes lo intentaron...

La Historia, "mater et magistra"

Paco Mora
AplausoS /Agosto 2020
¡Pobre ministra de Trabajo! Un sector de la famélica legión, en que los de su cuerda dicen apoyarse en busca del poder total, la han “escracheado” en Toledo. ¡No hay derecho! Poco le importa a la buena señora que los hijos de los picadores, banderilleros y mozos de espadas tengan que aguantar las mariposas del hambre en sus estómagos, cuando llega la hora de comer, pese a que sus padres han contribuido con el pago de sus impuestos, durante toda su vida profesional, a que ella cobre ahora un sueldazo ministerial. Y todavía le han pedido perdón por tener que soportar la indignación de una parte de esos “parias de la tierra” a los que ella canta cuando entona la Internacional. Pero es que a la “doña” ministra no le gustan los toros como espectáculo y por tanto tampoco digiere a los toreros. Ni siquiera a la parte más humilde económicamente de ellos. ¿Les ha preguntado acaso si ellos la digieren a ella?

Pero todo tiene su porqué. Si las consecuencias de la Covid-19 se prolongan, y con servidores del Estado como ella corremos un serio peligro de que así sea, la “famélica legión” del toreo tendrá que buscarse la vida por otra parte para mantener a sus hijos, y sin mozos de espadas, picadores y banderilleros no hay Fiesta posible.

Los enemigos del toreo no dan puntada sin hilo y eso es lo que seguramente buscan. No les importa el método, lo importante para ellos son los resultados. Acabar con la Fiesta de los Toros.

La señora ministra de marras debe ser de las que odian todo lo español, y el día que en España no quede un campanario, un tricornio, una gorra de plato ni una montera, habrá llegado para ella y sus compinches la hora de su poder absoluto, y este país se parecerá a la España que conocemos y amamos como un huevo a una castaña. Y ella y los que son como ella serán para los españoles señores de horca y cuchillo. Pero que no olvide la susodicha señora que el carácter español da poco de sí para someterse a cualquier tipo de esclavitud. Echando la vista atrás en nuestra Historia, que es “mater et magistra”, se entiende muy bien lo que estoy diciendo. Y llevar a un pueblo a la desesperación, nunca fue bueno para quienes lo intentaron...

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