Y, entonces, cuando todo parece que ha acabado, cuando parece que la agria polémica llegó a su fin, a Casillas le sale un abogado defensor: ¿Raúl? No. ¿Guti? No. ¿Hierro? Tampoco. Como no podía ser de otro modo su abogado defensor es un futbolista del Barcelona, es... ¡Gerard Piqué!
Casillas, Gargamel y un pitufo mental llamado Gerard Piqué
En otra ocasión Casillas me preguntó lo mismo. Y también por Twitter: "¿Tú quién eres?" Así que o bien Casillas tiene mala memoria o bien sabe perfectamente quién soy pero, fatuo y prepotente, quiso dejarme en evidencia ante sus groupies. Mira, Iker, por las redes sociales te respondí una cosa pero aquí te respondo otra:
"Yo soy el que no puedes manejar. Ese soy yo. El que no puedes manejar". Todo vino a raíz de una entrevista concedida por Casillas a la fundación Telmex Telcel de México en la que el ex portero madridista decía, acerca de sus suplencias con Mourinho y Del Bosque, una en el club y otra en la selección, que la primera fue debida a temas personales y la otra fue más deportiva. Y yo colgué en tuit en el que decía algo que es público y notorio, que Del Bosque, que es amigo suyo, terminó hasta el gorro de él. El 1 de julio de 2016, en el reclinatorio de la Ser, el seleccionador nacional de fútbol decía lo siguiente: "Casillas no se portó bien con nosotros", siendo ese "nosotros" el cuerpo técnico de la selección que encabezaba él mismo. ¿Qué no haría Casillas para que el pacífico Del Bosque explotara de aquel modo? Y Vicente añadió: "Me sabe mal que no haya estado igual con nosotros que con sus compañeros" y luego "al único que no le he mandado mensaje es a Casillas". Así que, harto de estar harto, Del Bosque sugería que Casillas no había tenido un comportamiento noble con él cuando el ex seleccionador decidió, por lo que fuera, que Iker no estaba en condiciones de ser el portero titular de España.
Según propia confesión del interesado, que es Del Bosque, Casillas les hizo pasar las de Caín tanto a él como a Toni Grande por no ponerle como titular. De modo que a una suplencia deportiva, según reconoce Iker en esa entrevista mexicana, él respondió de un modo más bien poco deportivo. ¿Puede ser que alguien que ha tenido un comportamiento así una vez lo haya tenido más veces? Puede ser. Vamos, de hecho ha sido así. Anoche, al enterarse de este rifirrafe, un buen amigo mío me envió un watshapp que decía lo que sigue: "En un partido Real Madrid-Sevilla, gran bronca de Mourinho en el descanso. Alguien sale para empezar la segunda parte y ve a Casillas solo en las escaleras. Y le pregunta qué hace ahí. Respuesta del capitán del Real Madrid: Yo no tengo que aguantarle nada a éste". De modo que es posible que Casillas tenga razón y en la decisión de Mourinho de sentarle hubiera un componente de índole personal, el de aquel que ha asistido una y otra vez a desplantes similares a los que me relataba este amigo en primera persona... porque los vivió él. Pese a que uno le sentó, según él, por un motivo estrictamente deportivo mientras que el otro lo hizo por una cuestión personal, al final el resultado fue el mismo: a ambos entrenadores quiso hacerles la cama. Uno, sorprendido porque tenían una magnífica relación, estalló. El otro, más curtido, simplemente alineó a quien estaba mejor, o sea a Diego López.
Es curioso porque en esa entrevista Casillas habla de su salida del Real Madrid y dice que ambos se equivocaron. ¿En qué se equivocó el Madrid exactamente, Iker? ¿No te abonó religiosamente tu soldada? ¿No cobraste a final de cada mes? ¿O piensas que, ante tu suplencia, el club debió reprender a José Mourinho, llamarle la atención sobre lo erróneo de su decisión? ¿No te das cuenta de que, entre medias, había otro portero profesional? ¿Otro deportista como tú? Me aburre un poco tener que volver a insistir en lo mismo: Casillas fue el mejor portero del mundo... hasta que dejó de serlo. Y dejó de serlo porque él pensaba que no tenía que entrenar... hasta que al banquillo llegó alguien que pensó que sí debía hacerlo, alguien que no se dejó impresionar por la leyenda. Y, cuando todos sus satélites iban por ahí diciendo que no se atrevería a sentarlo, lo hizo, le sentó. Le sentó en el banquillo como luego hizo Del Bosque y como, por cierto, volvió a hacer más tarde Carlo Ancelotti, a quien siempre sacan de esta ecuación pero también lo sentó. Alguien le dijo al italiano que no se metiera en líos y éste repartió: Liga para López, Copa y Champions para Casillas.
De forma que la secuencia es la siguiente: Casillas abre otra vez la caja de Pandora, que parecía definitivamente cerrada, yo contesto a un asunto deportivo, él me dice por segunda vez en poco tiempo que no sabe quién soy y yo le respondo por Twitter quién soy, y ahora por aquí: "Yo soy el que no se deja manejar". Y, entonces, cuando todo parece que ha acabado, cuando parece que la agria polémica llegó a su fin, a Casillas le sale un abogado defensor: ¿Raúl? No. ¿Guti? No. ¿Hierro? Tampoco. Como no podía ser de otro modo su abogado defensor es un futbolista del Barcelona, es... ¡Gerard Piqué! A mí me llaman de todo a diario por las redes sociales, de todo. Pero hay un mote que ha calado más que otros. Casillas me pregunta que quién soy y Piqué responde "Gargamel", que es el malo de los pitufos, que es una serie de dibujos animados. Imaginaos el nivelazo: el ex capitán del Real Madrid entrando al trapo de un periodista y uno de los capitanes del Barcelona saliendo en su ayuda con el argumento del "caca, culo, pedo, pis". En el tuit de Piqué, sin embargo, sí hay un aspecto positivo reseñable y es que, al menos, sabemos que está vivo. Sí porque empezaba a circular el insistente rumor de que Piqué nos había dejado este mundo para siempre. Al Barcelona le ha metido 8 goles el Bayern de Múnich, Messi ha pedido irse del club por burofax, Bartomeu le ha retenido en contra de su voluntad, luego ha despedido a Quique Setién, quien a su vez ha demandado al Barcelona por no haber recibido comunicación de su despido, han recolocado a sus ayudantes porque no hay dinero, han traído a Koeman, que ha llamado por teléfono al tercer máximo goleador histórico del club (que luego ha fichado por el Atlético de Madrid y, en su debut, ha marcado dos goles y ha dado una asistencia) para despedirlo en un minuto y medio. Piqué no ha tenido tiempo para hablar de nada de esto pero sí lo ha sacado para comparar a un periodista con un personaje de cómic.
Así que yo para ti seré Gargamel, Piqué, sí, pero tú para mí no eres más que un pitufo mental, y uno peligroso además, tanto como para convocar a su gente a una consulta declarada ilegal por el Tribunal Constitucional y luego, cuando empiezan las cargas policiales, poner pies en polvorosa. No eres Papá pitufo, no. Ni pitufo fortachón, ni pitufo valiente, ni mucho menos eres el pitufo filósofo, no. Si acaso eres el pitufo tontín. O mira, aún mejor, el pitufo vanidoso. Eres esa clase de pitufo capaz de decirle a un guardia urbano que está a punto de ponerle una multa eso tan petulante de "usted no sabe quién soy yo". El guardia urbano no sé si lo sabrá pero yo sí lo sé: tú eres el mismo que lleva escondido un mes mientras el club al que dices amar simplemente se derrumba, se cae a trozos y hace un ridículo mundial. Ese eres tú, el que lleva un mes escondido en la cueva. Eso sí, entre los cascotes, tienes tiempo suficiente para responder por Twitter a un periodista. Dios los cría y los pitufos presumidos se juntan. Cuánta razón tenía don José Mourinho. Cuánta.
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