jueves, 10 de septiembre de 2020

Luis Blázquez: “Nadie nos va arreglar la situación si nos quedamos quietos”.

El banderillero valenciano Luis Blázquez, habla de la desesperación de los profesionales ante las reiteradas negativas a conceder las ayudas que les corresponden por ley y de la falta de respuestas.

Carlos Bueno
El banderillero valenciano cuenta los motivos por los que sus compañeros se internaron el pasado lunes en la oficina del SEPE de Sevilla para pedir explicaciones por la discriminación que están sufriendo.

Después de la protesta pacífica llevada a cabo el mes de julio por los profesionales taurinos delante del ministerio de Trabajo en Madrid, y del escrache que sufrió la ministra Yolanda Díaz a la salida de un acto celebrado en Toledo el 24 de julio, una veintena de banderilleros, picadores y mozos de espada irrumpieron el pasado lunes en las oficinas del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) de Sevilla.

Los profesionales accedieron al despacho de su director, Enrique González, al que pidieron explicaciones por haberles denegado las ayudas prometidas por el Gobierno por el cese de actividad forzado por la pandemia de coronavirus.

Aunque los toreros de plata le recordaron que el toreo es cultura, que pagan sus cotizaciones y que están pasando penurias por la discriminación a la que están siendo sometidos, González aseguró que todo se aclarará en los juzgados.

El banderillero valenciano Luis Blázquez, habla de la desesperación de los profesionales ante las reiteradas negativas a conceder las ayudas que les corresponden por ley y de la falta de respuestas.

– El clima que se vivió en la movilización de tus compañeros fue muy tenso.

– Esto sabíamos que tarde o temprano iba a explotar porque nos han ignorado. El primer sitio ha sido Sevilla, pero cualquier día puede ser en otra ciudad porque no queremos que se sigan riendo de nosotros.

– ¿Por qué ha sido primero en Sevilla?

– Principalmente porque fue la provincia donde más solicitudes se presentaron y la primera que comenzó a rechazarlas. Además hemos interpuesto una querella contra el director de su oficina porque pensamos que gran parte de los motivos de las denegaciones tienen que ver con su decisión personal.

– ¿En qué te basas para realizar esa afirmación?

– En que ha afirmado que las explicaciones las dará en el juicio. Y allí nos veremos, porque hay compañeros que lo están pasando muy mal, y de nuestro sudor y sangre ese señor no se va a reír.

– Gran parte de la opinión pública piensa que pedís un favor.

– Es un derecho. Pertenecemos al Ministerio de Cultura y estamos reconocidos como artistas en espectáculos públicos desde 1985. Del mismo modo que somos buenos para cotizar debemos serlo para recibir las prestaciones que otros artistas están recibiendo. Somos personas; que no nos traten como perros.

– Pero todo parecía estar claro cuando el 5 de mayo se aprobó un decreto que contenía medidas de apoyo al sector cultural que incluía a los artistas en espectáculos públicos.

– Tenemos los mismos derechos que cualquier otro artista y ciudadano que haya cotizado, y esta negativa sólo parece obedecer al desprecio que algunos gobernantes han mostrado por la tauromaquia. El ministerio de Trabajo denegó las casi 250 solicitudes presentadas porque no nos reconocían como artistas en espectáculos públicos. Luego el ministerio de Cultura aceptó que las ayudas concedidas a otras disciplinas culturales también correspondían a los toreros, y pretendió incluir en el borrador del decreto-ley un texto a la medida del sector taurino, pero el Gobierno acabó aprobando otro texto definitivo en el que desaparecía la alusión a los profesionales taurinos. ¿Cómo no vamos a estar pensar que es algo estrictamente en contra del toreo? Ahora la mayoría de compañeros llevamos sin ingresar un euro desde hace un año, cuando finalizó la temporada 2019 en octubre. El colchón económico que algunos podían tener se está acabando. Es lógico que estemos desesperados.

– Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno, ha dicho que vuestra forma de proceder es vandalismo.

– Cuando él estaba en la oposición afirmaba que los escraches eran libertad de expresión y jarabe democrático, incluso llegó a asegurar que disfrutaba viendo como los manifestantes agredían a la policía. Eso sí que me parece vandalismo. Nosotros teníamos que dejarnos ver y hacernos notar, eso es todo, porque nadie nos va arreglar la situación si nos quedamos quietos.

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