Florentino conserva las servilletas con el sí quiero de los futbolistas en el tercer cajón de la cocina, aquel en el que se guardan las pilas gastadas, las cerillas, la garantía amarillenta de la lavadora, dos anhelos, tres olvidos y cuatro velas de cumpleaños medio consumidas. Mbappé ya no necesita servilleta porque alberga el sí quiero al Madrid en su interior desde niño.
Mbappé ya no necesita servilleta
Francisco J. Sánchez Palomares
La Galerna / 14.09.2020
Ayer publicaba The Times que el jugador francés ya ha comunicado al PSG su intención de no renovar .y abandonar el equipo parisino el verano que viene, un año antes del final de su contrato. Hasta ahora, se están cumpliendo los plazos manejados por el madridismo para el fichaje de Mbappé. Si es cierta la noticia del rotativo inglés, es el paso lógico que acerca a la gacela francesa al club blancoAcometer este año una operación del calibre del fichaje de Kylian es inviable. El mercado de fichajes lleva décadas bordeando los límites de la realidad, pero la situación actual se ha encargado de inyectar racionalidad a la mayoría de grandes clubes europeos. El Madrid se adelantó a la prudencia actual y hace años que no realiza contrataciones estratosféricas o renovaciones contra natura, como tampoco aplica escalas salariales que puedan desestabilizar el equilibrio económico, futbolístico y anímico del club. Florentino sabe que si pusiese todo el peso del proyecto en un extremo del barco, la nave zozobraría y los egos del vestuario provocarían un shock anafiláctico que envenenaría al equipo desde el interior.
El Real Madrid también es consciente de la importancia de las relaciones diplomáticas, y no está dispuesto a iniciar un conflicto con un club grande que solo suponga ganar una batalla, pero perder la estabilidad a largo plazo. Si todo sigue su cauce natural, el año que viene el club estará en condiciones de realizar una buena oferta por el francés, ya habrá realizado las ventas que tiene pendientes y también abandonarán el equipo jugadores con fichas altas que habrán alcanzado la desembocadura de sus carreras madridistas para navegar por mares más tranquilos y menos exigentes.
En el caso de no llegar a un acuerdo con el PSG, el Madrid solo tendría que esperar un año para que el jugador terminase su contrato, aunque esta opción parece menos probable porque ni el futbolista tiene intención de posponer la hoja de ruta que tiene en la cabeza ni el club parisino estaría dispuesto a renunciar a su última posibilidad de obtener un beneficio económico importante por la venta jugador.
Lo descabellado de esta situación es que algún tabloide inglés ha insinuado que el Barça puede aspirar a fichar a Kylian como heredero de la monarquía absolutista y silenciosa de Messi cuando el astro argentino abdique.
El rumor es un disparate mayúsculo. Tanto por el lado de la lógica, ya que el Barcelona no está en condiciones económicas de embarcarse en una operación así, como del lado de los afectos; es un hecho conocido por todos el madridismo del francés y la ascendencia de Zidane sobre Mbappé, fue su primer ídolo, y jugar a sus órdenes es una de sus aspiraciones. Tras Zidane, el otro futbolista al que admira Kylian es Cristiano Ronaldo.
Uno puede cambiar de pareja, de religión, de coche, de marca de kétchup, pero nunca deja de ser del equipo al que se aficiona de niño, aunque las circunstancias profesionales le lleven a militar en otros. De hecho, lo normal es que casi nadie llegue a jugar en el equipo de sus sueños, porque hay millones de futbolistas y solo un Real Madrid. En ese aspecto, no parece que el jugador francés vaya a desaprovechar con facilidad la oportunidad de cumplir su anhelo.
Sobre el fichaje de Mbappé por el Real Madrid se puede decir aquello de blanco y en botella. Y nadie duda de que su aventura en el club va a ser la leche.
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