Leo en Aplausos.es que la ministra de Trabajo, Dª Yolanda Díaz, ha atendido en acto público al banderillero don Javier Gómez Pascual, haciéndole las siguientes promesas: “Me dijo que íbamos a ser atendidos como correspondía -cuenta exactamente el banderillero-, que se estudiarían todas las propuestas. Me aseguró que no había motivos ideológicos y que no iban a dejar a nadie atrás, me lo prometió tres veces mirándome a los ojos”.
No me creo las palabras de Yolanda Díaz, no me las puedo creer, me resulta imposible porque ya he visto y oído muchas cosas en esta vida.
Inmediatamente he recordado las palabras de Demóstenes, orador y político griego (380 a.C-32 a.C): “No hay nada más fácil que el autoengaño, ya que lo que desea cada hombre es lo primero que cree”. Y las entiendo perfectamente, así como entiendo que los profesionales taurinos se crean las palabras de la ministra, pues están pasándolo muy mal, pero yo no me las creo, no me las puedo creer, me resulta imposible porque ya he visto y oído muchas cosas en esta vida.
No quiero ser pájaro de mal agüero y desilusionar al referido torero, ni a todos los que alberguen algunas esperanzas tras estas palabras de la ministra, pero debo ser sincero y decir lo que pienso, que es justamente lo contrario. Es decir, no serán atendidos, no serán estudiadas sus propuestas, no les darán un solo euro mientras esté este gobierno. Tal vez cuando se acerquen unas elecciones saquen el tema, les vuelvan a prometer algo, pero nada de nada. En todo caso algún afortunado puede que logre unas migajas de las que se caigan de la mesa de los de su cuerda, llámense gente del cine, asociaciones feministas, ONGs falsas, etc. Fíjense que hay cientos de miles a los que prometieron el Ingreso mínimo vital para comprar votos y no lo están cobrando ni lo cobrarán jamás.
Es por ello que recomiendo al señor Gómez Pascual y a todos los toreros, a todos los colectivos del sector taurino, que si esperan ayudas del Estado, esperen sentados en un buen sillón, porque tendrán que esperar mucho tiempo.
No quiero ser pájaro de mal agüero y desilusionar al referido torero, ni a todos los que alberguen algunas esperanzas tras estas palabras de la ministra, pero debo ser sincero y decir lo que pienso, que es justamente lo contrario
Le ha dicho que estudiarán sus propuestas, pero eso es una cosa y otra es concederles la ayuda. Tampoco le ha dicho cuánto tiempo necesitan para estudiar sus propuestas. Es decir, que pueden ser muchos años.
¡Miren ustedes, señores del sector taurino!, todas las frases que le dijo Dª Yolanda son frases hechas que tienen algunos políticos para salir de un aprieto, y más en público, como fue este caso. Les aseguro que a los cinco minutos ya no se acordaba ni de lo que le dijo él a ella ni de lo que ella le dijo a él. Más aun, les aseguro que nunca estudiarán esas propuestas.
Entiendo que los toreros den valor a lo de decirlo tres veces y mirándole a los ojos, pues en el mundo del toro la palabra dada por un verdadero hombre es ley, pero entre estos políticos la palabra dicha no vale nada
Entiendo que los toreros den valor a lo de decirlo tres veces y mirándole a los ojos, pues en el mundo del toro, en general, la palabra dada por un verdadero hombre es ley, pero entre estos políticos -con los que los toreros están tratando- la palabra dicha no vale nada, ni tampoco la escrita. Estamos viendo como todos los días, desde dentro del gobierno, se incumplen leyes que ellos mismos han promulgado. Tienen el hábito de mentir y lo hacen constantemente.
Siento echar un jarro de agua fría sobre las ilusiones de muchas personas del sector taurino, pero es lo que pienso, y además creo, como dijo don Jacinto Benavente, que “la peor verdad sólo cuesta un gran disgusto... La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande”.
Como en otras ocasiones he dicho, ojalá me equivoque. Nada me gustaría más.
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