Vomitonas Herencia Pantoja / por Ricardo Díaz-Manresa

Sorprende la batalla pública del hijo de la Pantoja contra su madre, pero no el tsunami de la opinión pública de este pueblo español tan raro y tan poco ejemplar. Y, menos todavía, la dedicación de las televisiones. ¡Más horas que nunca! A este paso, bate el récord. Vamos por el 5º. O por el 10º capítulo. O por el no sé cuántos. ¿Llegaremos al 525? ¿Por qué no?.

Vomitonas  Herencia Pantoja

Ricardo Díaz-Manresa

Hay muchos buitres en el caso Pantoja. El hijo denunció –sí- a la madre públicamente y en la tele, pero ahora salen “expertos” en pantallas y tertulias que “saben” la vida y milagros de la cantante : sus amores, sus aficiones, sus gastos, su maquiavelismo, sus manías y sus estancias en Cantora. Y algunas son de vómito y, naturalmente sin pruebas, Que me han dicho…que yo supe… Y también toda la vida del hijo. Y del torero no digamos. Hasta lo que cobraba. Y con los años que han pasado ya. Ni idea de lo que es el negocio taurino y los acuerdos empresario-apoderado-torero. Pero enredar, mentir y demás, lo que haga falta.

Lo peor no ha sido lo del “niño” – “figura” nacional por sus estudios y trabajos- sino los que lo saben todo y lo vomitan. Incluso ¿qué pintan los familiares aunque tengan buena voluntad y sepan parte o toda la verdad? ¿No saben lo que es la intimidad?

El chollo de audiencias –vaya pueblito que tenemos- es tal que han batido récords de audiencia en programas y en continuidad de días, tanto para cambiar la programación de horarios y fechas y competir con otras cadenas. Nada menos que hasta ahí ha llegado la “revolución”.

Difícil ver algo más bochornoso, pero otro vendrá que te superará. Que bueno te hará, dice el sabio refranero español.

“Felicidades” a los españoles que se entretienen tanto con estas cosas. Muestran su vida, su biografía y su salud mental y moral.

Y después, cuando toque, a votar

Que las televisiones, en especial la 5, nos digan lo que están cobrando cada uno de los habladores intervinientes. Será estupendo enterarse de lo que no nos vamos a enterar nunca.

Buitres danzando y comiendo de la o las víctimas, como en los documentales de la 2ª. Cobrando y saliendo en televisión y “haciéndose más populares”. Protagonistas y partícipes del gran teatro del mundo.  ¿Y la conciencia? ¿Qué? ¿Saben lo que es? ¿Les importa?