sábado, 2 de enero de 2021

Paco Camino en su sitio / por Rafael Comino Delgado


En definitiva, en su tiempo había muchos que no le reconocían sus méritos, pero con el tiempo se le han ido reconociendo y ahora todo el mundo (muchos conversos) piensan -al menos dicen- que Paco Camino ha sido uno de los más grandes de toda la historia, y es verdad. Lo que pasa es que antes decían otra cosa, pero de sabios es rectificar.

Paco Camino en su sitio

Rafael Comino Delgado
Hace pocos días, don Carlos Crivell publicó en Aplausos.es un magnífico artículo, bajo el título, “Los 80 años de Paco Camino”, en el que repasaba la carrera del maestro de Camas, destacando los hitos más importantes. Hoy mismo leo en el Blog Deltoroalinfinito.com otro extraordinario artículo de don Juan Miguel Núnez Batlles, glosando a tan grande figura, y a lo largo de este año se han publicado otros referentes al maestro, pues en 2020 se han conmemorado varias efemérides, como sus 80 cumpleaños,  60 de su alternativa en Valencia, y 50 de su encerrona en Madrid (Las Ventas) con 6 toros (mató  siete) y corto ocho orejas, gesta no igualada, y me temo que pasarán  muchos años antes de que  alguien la iguale.

Nosotros mismos hemos escrito varios artículos, este mismo año 2020, sobre Paco Camino, en nuestra opinión uno de los toreros más importantes de la historia, y desde luego el más completo de los que hemos visto, desde 1950 a la fecha.

Lo seguí desde que debutó en Cumbres Mayores (Huelva) con 14 años, he seguido sus declaraciones ya retirado, y lo seguiré mientras viva, por la razón elemental de que mi concepto del toreo se identifica mucho con el que practicó, y también me identifico con su forma de pensar. Generalmente cuando da su opinión sobre algún tema suele acertar de pleno, y pronunciar sentencias que quedan para la historia, como aquella publicada en el diario El Mundo en 2019 y rescatada en 2020, con motivo del 60 aniversario de su alternativa, que decía: “Corren tiempos de adoptar perros y abandonar a los padres en las residencias de ancianos”. Con razón le llamaban “el Niño Sabio de Camas”, pues era y es sabio no solo en el Toreo sino en todo; Dios le dotó de una inteligencia superior.

Me congratula pues, sobre manera, que se glose a tan excelso maestro, que se le recuerde y se le reconozcan sus méritos, como ahora se está haciendo. Es decir, que se le ponga en su sitio.

Sin embargo, debo recordar, y creo que así lo recordarán también don Carlos Crivell y don Juan Miguel Núñez, que cuando estaba en activo-se retiró en 1983, aunque en 1987 volvió una sola tarde para dar la alternativa a su hijo Rafi Camino- no todos los críticos de entonces, ni todos los aficionados le reconocían sus méritos como ahora se hace. Conocí a varios críticos y a muchos aficionados que ponían por delante de él a Diego Puerta, Jaime Ostos, el Viti, etc. Cuando ya hacía 8 o 10 años de su retirada, en un programa taurino de Radio, el maestro José María Montilla, que ejerció la información taurina bastantes años, dijo en cierta ocasión, refiriéndose al maestro Camino, “que no se le había reconocido todo lo que verdaderamente había sido en el Toreo”. 

Aquello se me quedó grabado porque yo pensaba lo mismo, y al decirlo un profesional me reafirmaba más aun en mi pensamiento. También recuerdo que durante los años sesenta y setenta del pasado siglo se decía, entre los aficionados más selectos, que el maestro Viti era el que mejor mataba los toros, hasta el punto de que en la feria de Sevilla de 1966 pinchó un toro de Samuel Flores, que había cuajado de principio a fin, cinco veces, y la gente le aplaudía cada vez que entraba a matar por lo bien que lo hacía. Algunos llegaron a decir que preferían que no entrara la espada para seguir viéndole hacer la suerte de matar. Esta era una opinión difundida por algunos críticos y aceptada por la mayora de aficionados. Pero ocurrió que le hicieron una entrevista al maestro de Salamanca, y le preguntaron precisamente por ese tema. Contestó que el que mejor mataba los toros en aquella época era Paco Camino, lo cual sorprendió al entrevistador, pero a partir de entonces toda la crítica y todos aficionados cambiaron su opinión al respecto.

En definitiva, en su tiempo había muchos que no le reconocían sus méritos, pero con el tiempo se le han ido reconociendo y ahora todo el mundo (muchos conversos) piensan -al menos dicen- que Paco Camino ha sido uno de los más grandes de toda la historia, y es verdad. Lo que pasa es que antes decían otra cosa, pero de sabios es rectificar.

Pensamos que con Paco Camino se ha producido lo que se llama el “síndrome de Solomon Asch” consistente en que los miembros de un colectivo cambian de pensamiento para adaptarlo a lo que piensa la mayoría y no desentonar. Creo que con Manuel Benítez, el Cordobés, se ha producido algo similar, pues mientras estuvo en activo casi toda la crítica era durísima con él, algunos incluso faltándole el respeto de manera bochornosa, lo que pasa es que pudo con todos y con todo, se impuso y mandó en el Toreo como nadie había mandado hasta entonces. Ahí están, para el que no lo sepa, el rabo que cortó en Sevilla y las ocho orejas en dos tardes en las Ventas. Fue un torero heterodoxo pero grandioso, algo que hora todos dicen reconocer.

Como decíamos, de sabios es rectificar y más vale tarde que nunca. Actualmente creo que nadie duda de que los maestros Camino y Benítez han sido dos de los más grandiosos toreros de toda la historia. Dos estilos diferentes, pero dos genios.

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