¿Es, como lleva diciendo varios días García Caridad, Simeone un entrenador perdedor? ¿Y, si lo es, por qué lo es? El Cholo Simeone es efectivamente un entrenador con un discurso perdedor y no hay más que oír sus conclusiones después del 0-1 ante el Chelsea. ¿Qué dijo Simeone? ¿Que el Atleti había sido poco ambicioso? ¿Que siendo como era su equipo el local quizás tendría que haber dado un pequeño empujoncito? Nada de eso. Cuando Susana Guasch le dice a Simeone que, al ver la alineación sobre el papel, todos extrajimos la conclusión de que iba a ir al ataque pero que luego, viendo cómo se colocaban los jugadores sobre el campo, nos dimos cuenta inmediatamente de que aquello había sido una ilusión, Simeone, a la gallega, respondió con otra pregunta: "¿Y qué esperaban?". Pues hombre, el perioatletismo seguro que no esperaba nada porque practica con el técnico argentino eso que di en llamar hace tiempo el periodismo Lewinsky, pero alguien con dos dedos de frente habría esperado que el entrenador mejor pagado del mundo justificase su astronómico sueldo colocando a Llorente en su sitio y no como defensa central y dejando de una vez por todas a Joao Félix que demostrara por qué es el futbolista más caro de la historia del Atleti.
Tú no puedes tener un discurso dentro y otro fuera porque acabas volviendo loco al personal. Quiero decir que tú no puedes decir dentro del vestuario "¡Vamos a por el Chelsea!" y luego colocar al mejor jugador de tu plantilla a tapar al atacante rival. Ni tampoco puedes decir lo que dijo Simeone, eso de que si a él le hubieran dicho en septiembre que iba a ser líder de la Liga y que iba a perder por 1-0 en la ida de los octavos de final de la Champions, lo habría firmado ipso facto. Eso lo puede decir un entrenador mediocre, uno que no cobre los 3,6 millones de euros brutos que cobra Simeone al mes. Tu objetivo tiene que ser ganar la Liga y la Champions, conseguirlo todo, porque a ti, a diferencia del resto, te pagan por ejemplo casi el doble que a Guardiola y más de dos millones más al mes que a Zidane, que ha ganado tres Copas de Europa consecutivas. Si tú, ya sea desde las oficinas del club, desde la grada o con un micrófono en la mano, defiendes que Simeone diga esas cosas es por la sencilla razón de que también eres un perdedor. Si justificas que en otro partido decisivo Simeone juegue con un horripilante 6-3-1 es porque estás comprando ese discurso mediocre.
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