En cualquier caso, esta provincia, que —entre otras cosas— seguirá siendo un mar de olivos, a partir de ahora lo que no parece claro es que vaya a seguir siendo una balsa de aceite.
LOPE MORALES
Diario Jaén /18 Febrero 2021
Menos mal que uno estuvo en la manifestación del domingo y que además puede leer un diario que lleva a Jaén en su cabecera y en sus empeños. Porque, salvo dignas excepciones como la del paisano Antonio Jiménez —que no dudó en defender su tierra frente a la cacicada vicepresidencial—, las televisiones y periódicos nacionales estuvieron más pendientes de Cataluña, donde con unos empujando y otros reculando se sigue avanzando —precisamente— en la consolidación de la desigualdad entre españoles según el lugar donde vivan. Las prioridades informativas las marca cada medio, y unas elecciones irán siempre por delante. Aunque hay veces que esas prioridades son difíciles de entender.
Ahora mismo, por ejemplo, la imagen que abre todos los telediarios tampoco es de Jaén ni de Linares. La noticia más importante —que tiene tela— es la entrada en la cárcel de un tal Hasel y la salvaje parafernalia callejera tan puesta de moda. Otro de los nuevos héroes de la patria, que se ha ganado su prestigio de artista agrediendo a periodistas y ensalzando a terroristas. Aquí también le faltó tiempo a doña Carmen, buena aficionada, para salir al quite, anunciando “el paraguas” de una nueva ley que vendrá para proteger al injuriador frente al injuriado, de tal forma que expresiones como la que Hasel vomitó tras la muerte de un joven torero. “Si todas las corridas terminaran como la de Víctor Barrio no me perdería ninguna”, siempre que se hagan “rapeando”, podrán ser consideradas artísticas, equiparadas a la Traviata de Verdi o a la Carmen de Bizet, que también van de toreros. Hay que ver lo que estamos progresando. Más allá de la repercusión mediática de la manifestación jaenera por el robo del Plan Colce, lo cierto es que la fecha del 14F va a marcar —o debería— un antes y un después en esta provincia. La palabra “ilusión” en nuestro idioma tiene dos diferentes acepciones, una positiva y otra negativa. Lo explica maravillosamente Julián Marías. De tal manera que se puede estar ilusionado, o se puede ser un iluso, dependiendo de si hay o no una realidad de por medio.
En Jaén había una realidad al alcance de la mano, una ilusión conjuntamente trabajada y políticamente compartida. Pero como a veces pasa, el hombre propone, Dios dispone y el toro lo descompone. En este asunto todo parece indicar que el toro venía por derecho y no se sabe bien si fue una larga cordobesa o una cordobesa larga lo que lo sacó de la querencia inicial.
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Corrida de expectación, corrida de decepción. De cualquier manera también se suele decir que no hay mal que por bien no venga. Y en ese sentido está por ver la reacción de los gobernantes —que deberá llegar en forma contante y sonante— ante la sonora protesta y, en su caso, de qué forma crecerá y se organizará un movimiento que quiere y debe ser políticamente transversal y de ámbito claramente provincial. Se reclama fundamentalmente un cambio de actitud en nuestros representantes, para que ante situaciones tan injustas, pongan los intereses del territorio y de la gente que lo habita por delante de los de la corporación en la que militan. Aunque sería de ilusos pensar que eso pueda suceder si desde la propia sociedad no se fuerza para que suceda. En cualquier caso, esta provincia, que —entre otras cosas— seguirá siendo un mar de olivos, a partir de ahora lo que no parece claro es que vaya a seguir siendo una balsa de aceite.
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