En primer lugar “la defensa que el expresidente del gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, ha hecho y continúa haciendo, de un régimen narcoterrorista, totalitario, asesino, como es el liderado por Maduro en Venezuela”. De el tal Zapatero sabemos que es un sujeto de escasísimo nivel intelectual, y por lo que parece también moral. Ha hecho múltiples viajes a Venezuela, decían que para mediar entre el criminal Maduro y la oposición, pero con el tiempo se descubrió claramente que no mediaba, lo único que hacía era apoyar al presidente. Inicialmente lo hacía más o menos disimuladamente, presentándose como hombre de paz, pero después ya lo hace descaradamente, sin disimulos. Por tanto, quien defiende y apoya a un criminal, narcotraficante y dictador, no puede ser una persona muy recomendable éticamente.
El Sr. Zapatero, salió de la presidencia del gobierno totalmente desprestigiado, y considerado como el peor presidente de la democracia, con gran diferencia. Ya sabemos que intelectualmente no es un genio, pero si está capacitado para darse cuenta de que su actitud en Venezuela le iba a desprestigiar más aun de lo que ya estaba. Ahora ha sido repudiado incluso por ilustres personajes de su partido y, a nivel mundial antes era un cero a la izquierda y ahora sigue siéndolo, pero con la etiqueta de apoyar a un régimen narcoterrorista, como el de Maduro, y con la gran sospecha de corrupción. ¡Que cada uno saque sus conclusiones!
El segundo tema a tratar es el asunto “Delcygate”, que protagonizó el ministro Ábalos con Delcy Rodríguez, ministra del Poder Popular de Economía y Finanzas de Venezuela, que viajaba con 44 maletas repletas de, teóricamente, vestidos, pero parecen muchos vestidos. El ministro Ábalos violó todas las leyes internacionales en el aeropuerto “Adolfo Suárez” de Madrid, y de ello dio múltiples versiones, lo que quiere decir que ninguna fue la verdadera. Obviamente, de cuanto ocurrió allí estaba al corriente Pedro Sánchez y otros ministros del gobierno, que lo aprobaban, por lo que son tan responsable como Ábalos. Todos sabían que ello ocurriría, y que causaría un escándalo que les pondría en situación complicada nacional e internacionalmente, pero aun así dieron el paso adelante y lo hicieron, toleraron aquella escala en Madrid y la reunión de la tal Delcy con Ábalos. Ellos sabrán por qué lo hicieron. Si Rodríguez Zapatero está desprestigiado internacionalmente estos dos, Sánchez y Ábalos, lo están a su nivel. Nadie serio les tiene en cuenta ni se fía de ellos. ¡Qué cada uno saque sus conclusiones!
El tercer asunto es el rescate de la compañía aérea venezolana Plus Ultra, que solo tiene un avión. En este tema, Ábalos, Sánchez y otros ministros del gobierno han violado leyes y normas dictadas por ellos mismos. Se ha publicado que dicha compañía pidió rescate al Estado tras negarle el Santander, BBVA y Bankinter créditos con aval del ICO, y el Estado (el gobierno de España) le ha regalado 53 millones de euros de nuestros impuestos, destinados a los dueños de la compañía, todos ellos cercanos al régimen bolivariano del criminal Maduro. Curiosamente, el exjuez Garzón, que nunca ha brillado por su ética, es el abogado de dicha compañia. También, en este caso, Sánchez, Ábalos y demás miembros del gobierno implicados sabían de antemano que ello ocasionaría un escándalo de proporciones incalculables, y aun así lo hicieron. Nos quitaron 53 millones de euros para regalárselos a una compañía no española, de más que dudosa conducta en su gestión, que, por supuesto, no cumplía los requisitos exigidos por el propio gobierno para ser rescatada. ¡Qué cada uno saque sus conclusiones!
En los tres casos nos preguntamos: ¿Qué ganó Rodríguez Zapatero (primer caso), Pedro Sánchez, Ábalos y los miembros del gobierno implicados (segundo y tercer casos)? ¿Qué ganaron para meterse en tales asuntos, vulnerando la ley y exponiéndose a lo que les ha ocurrido, que están en boca de toda Europa y, yo diría, del mundo, y no para bien? Claro que su descredito a nivel mundial es tal que ya un escándalo más o menos da igual; no pueden caer más bajo. Naturalmente cada uno pude pensar lo que quiera, y sospecho que casi todos piensan lo mismo: ¡Qué en la vida nada es gratis, y menos en política! Por ello, si han arriesgado tanto la compensación debe ser sustanciosa. Y, ¿qué tipo de compensación? ¡Pues que cada uno saque sus conclusiones!
Por cierto, para terminar, recuerdo haber leído, estos últimos días, que Pablo Iglesias e Irene Montero han multiplicado por seis su patrimonio, desde que están en política (El Mira, 29 de marzo de 2021).
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