Los toros de Victoriano del Rio han sido de auténtica pena. Se ha salvado el segundo de Urdiales que, sin ser el toro soñado, le ha permitido al riojano mostrar su torería arrebatadora. Por cierto, los dos únicos toros con apariencia de tales fueron los de Diego, el resto, anovillados y malos de solemnidad; vamos, lo que piden las figuras para que, ganaderos como Victoriano del Rio se lo sirven en bandeja.
Empiezo por el final. Sepas, querido Roberto que tienes en tus manos un valiente pero, como el mundo sabe, el artista sigues siendo tú y, lo que es peor, por mucha valentía que Roca Rey le ponga a su toreo, jamás te llegará a ti a la altura de tus zapatos. Roca, en su primero que no tenía un pase por lo acobardado que ha salido de chiqueros, el peruano lo ha intentado por todos los medios sin lograr nada reseñable; lo que es peor, ha estado insulso, falto de ideas y con esa sinrazón de querer sacar agua de un pozo seco. En su segundo, con un poquito más de brío, Roca Rey lo ha molido a trapazos cuando, las quince embestidas que tenía era para torearle a placer. Tarde negra la del peruano que, todo lo basa en su valor pero nadie le ha dicho que, la causa fundamental del toreo pasa por el arte y de esa cuestión el chico sabe poco.
Manzanares es un buen torero como lo demostró días pasados en Madrid, pero como allí lo hizo, si no tiene toro queda ridiculizado. En su primero que tenía cierta movilidad le ha enjaretado algún que otro pase estimable pero, como el toro estaba falto de raza y de casta, sus movimientos no han sido suficientes para que Manzanares no arrebatara a nadie. En su segundo, rajado y con pinta de novillo, el de Alicante lo ha intentado sin convicción alguna y, tampoco le faltaba razón porque el torito era de goma, por la falta de fuerzas que tenía.
El triunfador absoluto ha sido Diego Urdiales, un hecho por el que me alegro muchísimo porque de haberle caído los otros toros aludidos, la desgracia estaría servida, sencillamente porque le hubieran pasado factura. Su primero ha salido con fuerza y empuje de toriles y sin más dilación, Urdiales le ha enjaretado doce monumentos a la verónica. ¡Qué cosa tan bella, sí señor! Entendíamos que, los brazos de Diego eran mecidos por los ángeles porque no se puede entender de otro modo tanta belleza en los lances fundamentales del capote como son las verónicas.
Todos albergábamos esperanzas con dicho toro que, sin saber las razones, tras dos puyazos y las banderillas el toro ha venido a menos, se aquerenciaba en tablas, huía de la muleta del diestro y, pese a todo, Diego le ha arrancado doce muletazos de ensueño. Una estocada de lujo ha logrado que los aficionados le ovacionaran con calor, con ardor diría yo puesto que, muchos, hasta pidieron la oreja. En su segundo, por el contrario, no se ha dejado torear con el capote pero, con la muleta le ha permitido a Diego llevar a cabo una faena bellísima especialmente por la mano derecha puesto que, al natural el toro no quería de ningún modo. Han sido varias series con la derecha en las que, Urdiales se ha sentido torero, sencillamente porque sabía que de sus manos y sentidos estaba brotando el toreo que, en los tiempos que vivimos, se trata casi de un milagro. Si el comienzo de la faena ha sido armónico, bello, con una plástica inenarrable, todo el discurrir de su faena ha tenido un contenido bellísimo. Ha matado de una estocada fulminante y ha cortado una oreja de ley, justísima; vamos que, de haberle ayudado el toro con la izquierda su triunfo hubiera sido de clamor que, en realidad, así lo ha conseguido. Despojos al margen, hemos visto torear como mandan los cánones puesto que, el toreo de Urdiales, pura belleza emociona a todos. Tarde para el recuerdo, la que tardaremos mucho tiempo en olvidar como nos sucedió con aquella tarde otoñal del 2018 en que, Diego Urdiales se reivindicó ante sí mismo. Gracias, maestro.
Sr. Pla Ventura:
ResponderEliminarSu crónica perfecta y detallada. ¿Porqué no informa de la Presidencia, ¿Quién fue el Presidente? ¿Estuvo justo o injusto? En los años 40 se hacía con Manolete. ¿Porqué no hoy? Hay quien le interesa. Gracias.
Joseph de la Motta y Rojas, aficionado.
Poe