¿Qué está ocurriendo? Es muy probable que la causa no se deba a una sola razón sino a un cúmulo de factores. La preocupación por un posible contagio de Covid es, sin duda, uno de ellos. Aunque la mayoría de los cosos taurinos están poniendo en práctica meticulosos protocolos de prevención, el miedo es una emoción incontrolable, incluso a veces paralizadora. Tanto es así que gran parte de los ciudadanos siguen extremando las precauciones hasta límites que sobrepasan las directrices impuestas por el Gobierno.
Cuidado
Carlos Bueno
BurladeroTV / 29 Junio 2021
Todo indicaba que las ganas que la afición tenía por volver a los toros iban a provocar una avalancha de público inconmensurable, que el regreso de las ferias taurinas sería apoteósico y que que las limitaciones de aforo impuestas por Sanidad resultarían una traba para conseguir entradas. Pero cuidado, en general, no está siendo así. Salvo puntuales excepciones, en las taquillas de las plazas quedan localidades a la venta día tras día a pesar de que en muchas de ellas sólo se permite una ocupación del 40%.
¿Qué está ocurriendo? Es muy probable que la causa no se deba a una sola razón sino a un cúmulo de factores. La preocupación por un posible contagio de Covid es, sin duda, uno de ellos. Aunque la mayoría de los cosos taurinos están poniendo en práctica meticulosos protocolos de prevención, el miedo es una emoción incontrolable, incluso a veces paralizadora. Tanto es así que gran parte de los ciudadanos siguen extremando las precauciones hasta límites que sobrepasan las directrices impuestas por el Gobierno. Reunirse con personas desconocidas supone para algunos una montaña insuperable aunque sea al aire libre. Hasta que la población no esté totalmente vacunada y el virus controlado, el miedo seguirá latente y siendo un freno en eventos multitudinarios como los toros.
Otro de los obstáculos tiene que ver con la economía. La pandemia ha dejado muy tocados los bolsillos de la gente. Innumerables trabajadores han estado incluidos en expedientes de regulación de empleo, lamentablemente también los hay que se han quedado en paro. Muchos empresarios y autónomos han visto caer su facturación hasta límites insospechados, incluso los hay que han cerrado sus negocios. Y quienes han tenido la suerte de mantenerse sin demasiadas penurias, han entendido la importancia de contar con unos ahorros para situaciones inesperadas. Ante tal panorama, el ocio es uno de los primeros sectores en los que se reduce la inversión, y el freno es mayor cuando añadimos que en demasiados casos el precio de las entradas se ha incrementado.
La oferta televisiva también es uno de los condicionantes a la hora de acudir personalmente a las plazas. Sin duda la presencia de las cámaras en los eventos taurinos es necesaria y positiva para la promoción de la tauromaquia. Pero ahora, que el miedo y la economía juegan en contra del toreo, hay aficionados que prefieren quedarse en casa y seguir la retransmisión de una corrida a través de la pantalla. Canal Toros ofrece periódicamente festejos desde diferentes recintos, todo un atractivo que invita a permanecer en el sofá en pantalón corto y con un refresco en la mano, máxime cuando muchos de los ciclos han tenido que ser programados fuera de sus fechas habituales y no van acompañados del habitual ambiente festivo de las calles.
A todo esto hay que añadir que, con la aparición del coronavirus, nos hemos habituado a realizar actividades que antes no practicábamos, restando tiempo y hasta entusiasmo por los toros. Es probable que la pasión por el toreo regrese, pero deberá desaparecer el miedo y mejorar la economía de la ciudadanía. Hasta que eso se produzca, los profesionales deberán hacer examen de conciencia y propósito de enmienda para salir fortalecidos de verdad y que el futuro no sea más de lo mismo. Porque, cuidado, de nada vale lamentarse si no se ponen soluciones.
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