viernes, 6 de agosto de 2021

El Vagón de Compiègne de Pedro Sánchez / por Eduardo García Serrano

Lo ha entregado todo en su Vagón de Compiègne. Así que acabe el largo bostezo de agosto, cuando el otoño haga surf en la sexta ola del Coronavirus, el Tratado de Versalles de los separatistas catalanes convertirá al Ebro en el Rin hispano porque los despojos de España quedarán al sur de esa frontera fluvial. 

El Vagón de Compiègne de Pedro Sánchez

Eduardo García Serrano
El Correo de España / 6 Agosto 2021
España se ha rendido. La humillante capitulación ante el separatismo catalán la ha firmado Pedro Sánchez. Ahora sus subalternos negocian con los hispanicidas el Tratado de Versalles que mutilará a España tal y como el del 28 de junio de 1919 mutiló, humilló y redujo al hambre a Alemania tras el Armisticio firmado el 11 de noviembre de 1918, que puso fin a la I Guerra Mundial en el célebre Vagón de Compiègne. Aquel Armisticio, que no rendición, tuvo un punto de honor para el Pueblo y el Ejército alemán: se les permitió regresar al Rin con armas y estandartes, sin el estigma de la claudicación y sin tomarles prisioneros. Pedro Sánchez, en sus mesas bilaterales de Salamanca y Madrid, en su Vagón de Compiègne, ha rendido a España entregándole todo a los separatistas catalanes a cambio de que estos sigan abonando su patológico narcisismo y renovándole el pase pernocta de la Moncloa. Sin más.

Lo ha entregado todo: la Historia y el Futuro. Pedro Sánchez es un emasculado moral, un apátrida emocional,  un traidor vocacional, un amnésico de conveniencia y un analfabeto que maquilla su ignorancia en la exaltación compulsiva de su farsa democrática consistente en el consenso de sus gónadas, que ha de ser compartido por todo aquel que no quiera ser estampillado de fascista.

Lo ha entregado todo en su Vagón de Compiègne. Así que acabe el largo bostezo de agosto, cuando el otoño haga surf en la sexta ola del Coronavirus, el Tratado de Versalles de los separatistas catalanes convertirá al Ebro en el Rin hispano porque los despojos de España quedarán al sur de esa frontera fluvial. Habrá referéndum y amnistía, regresará Puigdemont y será recibido como el Trajano catalán volviendo del Éufrates, pagaremos nosotros los gastos de la sedición de 2017 y las multas impuestas por los tribunales a los traidores, las dos horas de clase de Español, que se imparte como una María en las escuelas catalanas, serán definitivamente desterradas, les financiaremos la ampliación del Aeropuerto de Barcelona para que desde sus cielos se lea “Catalonia is not Spain”, y al son del “España nos roba” les seguiremos financiando la Seguridad Social, las Pensiones y las infraestructuras y el Ejército, la Guardia Civil y la Policía Nacional saldrán de noche y sin honores de Cataluña. No es una pesadilla, es lo que nos espera en cuanto volvamos del tinto de verano.

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