Que no caiga en saco roto este éxito de López Chaves que, como antes decía, tuteó a sus compañeros figuras, salió en hombros por la puerta grande y, de no haber sido por el pinchado aludido, hubiera sido el triunfador numérico de la tarde.
López Chaves, más allá de la torería
Pla Ventura
Ayer, por fin, todo el mundo pudo ver lo que hace años venimos cantando respecto al diestro López Chaves que, en Salamanca y junto a las figuras fue capaz de tutearles al más alto nivel. No es ningún secreto lo que digo porque todos los buenos aficionados saben de la grandeza de este torero singular. Ocurre que, para ganar un gran premio de fórmula uno, ante todo, hay que tener un auto que corra, si se tiene que ganar con un seiscientos, la tarea será siempre imposible. Es el caso de este torero tan artista como el que más que, desde hace tantísimos años, a diario se le estrellaba junto divisas durísimas que, para mayor dicha, el salmantino hasta era capaz de triunfar.
Como digo, tuvo que ser ayer con una corrida a modo que, por supuesto, le supo a gloria; su primer enemigo embistió con esa claridad que el diestro soñó siempre de que le cayera un toro de semejantes características en sus manos y, bordó el toreo. En su segundo, un animal más remiso a la hora de embestir, López Chaves, a base de jugarse la vida logró el milagro que, en definitiva, para él, como confesó, todo le supo al más dulce manjar. Cualquiera no se siente dichoso lidiando estos toros de las figuras que, saldrán buenos o malos, de todo hay, pero por encima de todo subyace el denominador común de la bondad puesto que dichos animalitos no cogen a nadie, algo de lo que se percató el diestro para llevar a cabo una tarde inolvidable.
No cabía en el traje el diestro salmantino y, con toda la razón del mundo. Para sus adentros pensaría que, en vez de estar toreando en una plaza tan importante como la salmantina, estaría en un tentadero con amigos. Es más, lo llevaba escrito en la cara; digamos que, hasta le costaba creer que, por ejemplo, aquel primer toro cayera en sus manos que, de no haber pinchado en primera instancia el triunfo hubiera sido de clamor. De cualquier modo, cortó una oreja de cada bicorne y, lo que es mejor, no desdeñó con las figuras; yo diría que les superó en cuanto a torería y ese gusto tal armónico que tiene el torero de Salamanca que, como le ocurre a los buenos vinos, cada año que pasa tiene mejor sabor.
Fíjémonos cómo está el toreo actual que, en la temporada actual, tres diestros veteranos con más de veinte años de alternativa, están siendo el suceso del año. Me refiero a Finito de Córdoba, Diego Urdiales y, por supuesto a López Chavez. ¡Vaya trinvirato de artistas, sí señor!
Que no caiga en saco roto este éxito de López Chaves que, como antes decía, tuteó a sus compañeros figuras, salió en hombros por la puerta grande y, de no haber sido por el pinchado aludido, hubiera sido el triunfador numérico de la tarde. Por supuesto que, este diestro singular seguirá matando las corridas encastadas que le han situado en ese lugar de privilegio que ostenta en ese circuito; pero no estaría nada de mal, como ayer sucediera, que le dieran alguna que otra corrida junto a las figuras para que, por fin, los aficionados, pudiéramos ver cómo se torea en realidad, si de toreo caro y hermoso hablamos.
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