ABC /SEVILLA, 09/10/2021
Ha muerto Gonzalo Sánchez Conde 'Gonzalito', el inseparable mozo de espadas que acompañó durante treinta temporadas a Curro Romero. Nació hace noventa años en Gibraleón (Huelva), tierra que abandonó tras desistir en su intento por ser torero para desembarcar en Barcelona al reclamo de alguna salida profesional en la industria.
Tras varios años en la Ciudad Condal, le surgió la oportunidad de debutar como mozo de espadas del matador Manolo Carra, a quien acompañaría durante sus primeras temporadas. De Barcelona se trasladaría a Madrid, donde prácticamente hizo toda su carrera profesional. Siempre en los alrededores del hotel Reina Victoria de la Plaza de Santa Ana, allí le ofreció Antonio Márquez, al que muchos conocían como 'el Belmonte rubio', la posibilidad de colocarse con Curro Romero, ya consagrado como figura del toreo.
Y así comenzó una relación casi familiar entre el Faraón de Camas y 'Gonzalito', que se prolongó durante toda la carrera de Curro Romero. Con la aprobación del maestro, empezó a apoyar a los chavales que veía con posibilidades de ser toreros. Como el caso del portugués Víctor Mendes, al que trajo a vivir a La Pañoleta (Camas) durante su etapa novilleril. Consiguió que Teodoro Matilla lo coapoderase con él, implicándose durante varias temporadas en la carrera del diestro de Marinhais.
Durante esa etapa con Víctor Mendes fue Antonio Torres quien lo suplía en la cuadrilla de Curro Romero, a la que acabaría volviendo de manera fija tras desvincularse del portugués. En esa época vivía en el citado Hotel Victoria de Madrid. Allí tuvo los vestidos y los chismes de torear, hasta que comprara una vivienda próxima.
Desde su jubilación como mozo de espadas no dejó de ayudar a novilleros y matadores de toros. La lista fue larga: Manuel Jesús 'El Cid', Julián Guerra, Antonio Barrera, Francisco José Palazón, el sobrino-nieto del Faraón y en los últimos meses acompañaba al recién alternativado Francisco de Manuel, al que apoderaba su íntimo José Maguilla 'El Gallo de Morón'.
Durante el confinamiento por la pandemia volvió a su tierra natal, Gibraleón, a la finca de unos amigos. Y tras la relajación de las medidas retornó a su vivienda de la Plaza de Santa Ana de Madrid, donde su hija lo ha encontrado muerto esta mañana.
Hace unos años el Círculo Amigos de la Dinastía Bienvenida le premió con su medalla de plata, «en justo reconocimiento a los méritos contraídos en su dilatada, digna y relevante trayectoria profesional en el mundo del toro, como persona benemérita adornada de virtudes y cualidades humanas excepcionales».
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