Antolín Castro
Madrid, 07.XI.2021
No esperamos, evidentemente, que reaparezca, aunque no necesita agrandar su leyenda torera, seguramente porque ni es necesario ni posible. El reconocimiento a su figura es tan grande que se hace imposible mejorarlo.
Francisco Romero López, Curro Romero, siempre es noticia, pero la noticia de este pasado día 1 ha sido la presentación de una película ‘Curro Romero, Maestro del Tiempo’. Un largometraje para dejar constancia de quién es y ha sido el Faraón de Camas.
Ante la magnitud de su figura, nos parece una extraordinaria iniciativa, ya que todo cuanto representa no podía caer en el olvido sin que las generaciones actuales y futuras puedan saber quién era ese al que se le llamaba Faraón y también el ‘frasquito de las esencias’.
Ahora el mito, su personalidad, tanto fuera como dentro de la plaza, queda recogido en un extraordinario documento, tal y como reflejan y cuentan quienes han tenido la oportunidad de presenciarlo. Desde luego, afirmo que yo ya estoy deseando verlo.
En otras ocasiones he escrito sobre Curro Romero, desde que escribí La Reserva del Toreo, siempre desde la admiración y respeto por cuanto era, ahora toca hacerlo ya como el colofón que le corresponde a lo que de verdad es una figura del toreo, esa que trasciende mucho más allá de los años en los que se encabeza el escalafón que, al parecer, es por lo único que se les da ese título a los toreros actuales.
Ya ven, Curro nunca necesitó de ese parámetro, encabezar el escalafón, y ahí está su máximo reconocimiento en su más amplio sentido.
Por todo ello, y a la vista de ese halo de Faraón o de ‘Maestro del Tiempo’, quiero pedir que el 1 de diciembre se considere el del Santo Curro Romero.
Una forma de mantener para siempre viva la memoria del último de los toreros que merecen ese recuerdo imperecedero.
Una vez reconocida su santidad, podríamos pedirle a San Curro Romero que nos proteja y nos redima de tanta vulgaridad en los ruedos. Amén.
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