lunes, 13 de diciembre de 2021

Real Madrid, 2 - Atlético de Madrid, 0: El Madrid despeña al Atleti / por Andrés Torres

Con el Madrid taurino, el partido transcurrió entre olés del respetable. Con el Cholo, otrora temible morlaco nublao, hoy inocente vaquilla, la escuadra de Carletto dejó avanzar los minutos entre los antepenúltimos bailes de Modric.

Real Madrid, 2 - Atlético de Madrid, 0:
 El Madrid despeña al Atleti

Andrés Torres
La Galerna - 12 diciembre, 2021
Regresó el derbi madrileño al Santiago Bernabéu con un tan conmovedor como atronador minuto de silencio en homenaje póstumo a Manolo Santana, campeón del tenis, eterno madridista que lució nuestro escudo, triunfador, sobre el verde de Wimbledon uno de los santuarios mundiales del deporte. Novel —pionero entre pioneros— y veterano —leyenda— como reza el himno blanco.

Minuto silencio por Manolo Santana

Decía Ancelotti en la previa con su habitual socarronería que esperaba un buen partido. Y poco cabía esperar en este sentido en tanto que recibir al Atlético es como desayunar alambre de espino y miccionar napalm que decía el Sargento de Hierro. La teoría se demostró en la práctica a los siete segundos cuando el más menudo de los colchoneros, Correa, provocaba la costalada de un perplejo Kroos.

Fue el preludio del cortocircuito diseñado por un Cholo abrazado al nihilismo. El Madrid lo intentaba, pero se perdía en una madeja de choques, ayudas, doses contra unos y tarascadas varias rojiblancas.

Al sufriente cuarto de hora, Modric, combativo, rebañó un balón en la medular que recogió Casemiro a toque de corneta. Karim recibió un pase interior del brasileño y combinó con Asensio en la izquierda, que prolongó para Vinícius. Recibió, avanzó, levantó la cabeza, observó, calibró sus locuras y, finalmente, sirvió un balón templado, a punto de caramelo, para Benzema, desmarcado y paciente, en el corazón del área.

Karim correspondió a la sabiduría de su joven pupilo con una extraordinaria volea. Imposible, incluso, para Oblak.

1-0. Benzema

Pasmado ante el imprevisto sortilegio blanco, el Atleti acusó el golpe inesperado. Jugar a anular al rival —y por momentos anularlo— te hace olvidar que tú también tienes que jugar al fútbol. Máxime cuando a los quince minutos un chispazo de magia cambia el rumbo del partido. El Madrid ganaba comodidad y el Atleti mostraba sus dudas.

El encuentro entró en una atonía apenas sacudida por una fea entrada de Carvajal sobre Griezmann y un furibundo despeje en el centro del campo de Casemiro a un milímetro de De Paul que hizo saltar chispas canarinhas y albicelestes. Fue precisamente el propio De Paul el que rebotó cual pelota de pinball en un choque con Mendy subiendo la banda. El balón acabó por llegar a Vinícius, muy escorado, que trató, pícaro, de burlar a Oblak con una vaselina. No picó, por poco, el tallo esloveno.

Ventaja mínima vikinga antes del paso por unos vestuarios, de los que no volverían ni Griezmann, ni Carrasco, ni sorprendentemente Benzema. Lo hacían en su lugar Joao Félix y el redivivo Luka Jovic.

2-0 Y LA LIGA CON PINTA DE POLVORÓN

Nada más arrancar la reanudación pudo sentenciar la contienda el Madrid si Asensio no se duerme en el área tras recibir de Vini y desesperar por buscar el hueco perfecto a base de amagos.

Por su parte, Joao Félix, al que ver con la rojiblanca recuerda a aquel yanqui en la corte del Rey Arturo, se dejó ver pronto en el encuentro. Primero con un disparo sin complicaciones para Courtois, después con un buen pase para Cunha que desvió con pericia el arquero valón del Madrid.  Por primera vez, el Atleti se asomaba al partido, aunque por lo que vimos pocos minutos después, se asomó para despeñarse del todo.

Al filo de la media hora, Jovic proporcionó lustre a un prometedor contraataque del Madrid. Aguantó los mordiscos entre centrales, dio un paso atrás y lanzó a Vini por la izquierda. El viejo Vini se hubiera abalanzado contra todos, pero este Vini, efervescente, es otro. Como cuando decían los juglares azulgranas que Messi se vestía de asistente Vini sirvió de lado al lado del área para Asensio, que pulverizó todas las dudas de la ocasión anterior con un zurdazo seco y certero para duplicar la ventaja.

2-0 y la Liga con pinta de polvorón. Asensio

Con el Madrid taurino, el partido transcurrió entre olés del respetable. Con el Cholo, otrora temible morlaco nublao, hoy inocente vaquilla, la escuadra de Carletto dejó avanzar los minutos entre los antepenúltimos bailes de Modric.

En caso de emergencia, como París a Rick en Casablanca, siempre quedaba Thibaut, capaz de despejar a los 75 minutos una falta envenenada por Lemar que voló entre un maremágnum de futbolistas en el área merengue. Capaz, incluso, de repetirlo minutos después y de repeler en tiempo de descuento un remate a bocajarro de Felix ¡con la cara!

Los cambios ya habían acabado por diluir el derbi en una cómoda victoria de un Real Madrid que luce navideño, y campeón, antes de tiempo.

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