El éxito del Real Madrid de Florentino consiste en pagar caro cuando hay que pagar caro y hacerlo barato cuando la ocasión lo requiere. Hace poco oí al intermediario que llevó a Beckham del United al Madrid contar la historia del fichaje de David por el Real. Florentino estaba dispuesto a pagar 40 millones por él y cuando José Ángel Sánchez llegó a Manchester se encontró con la tremenda sorpresa de que pedían 35; cuando JAS llamó a Florentino y se lo dijo, éste le respondió: "ofrece 25". Y así fue: Beckham fichó por 25 millones en cinco plazos, más un bonus de otros 10 a tenor de los títulos conseguidos. Es la diferencia entre gestionar bien o irse a Harvard a explicar el modelo del Barça como hizo José María Bartomeu. Pero volviendo a Kroos. Decía que Toni firmó silenciosamente por el Madrid y han pasado ya 8 años desde entonces y ahora, de repente, muchos aficionados han caído en la cuenta de que el alemán es una de las piezas clave del equipo blanco en sus éxitos desde entonces. Porque Kroos, como buen alemán, es silencioso, sigiloso, como un gato. Juega en silencio, renueva en silencio y, según me cuentan, ejerce un poderoso liderazgo en silencio. Como habla poco, cuando lo hace todo el mundo se calla y escucha a Toni Kroos. Y como se lo piensa mucho a la hora de opinar, siempre que lo hace no da puntada sin hilo o, como se diría en alemán, stich ohne faden.
Ayer Kroos (que hoy ha llamado Javi a Xavi sin mala intención aunque la sustitución de la x por la j de un tipo que nació en Greifswald haya sentado tan mal en Barcelona) dijo que el Real Madrid y él tienen una relación tan especial que no se la jugaría nunca en una partida de póquer. También dijo que él quiere retirarse en el Madrid y yo, en este caso concreto, me lo creo. Si Kroos dijera mañana que él jugaría gratis en el Real Madrid también me lo creería porque seguro que habría hecho sus cuentas antes de decirlo, pero no lo dirá porque nadie le pide un falso exhibicionismo. Ningún futbolista profesional jugaría gratis en ningún sitio, ni falta que hace: el talento vale dinero también en el fútbol. Inmediatamente pensamos en Sergio Ramos, que sí se jugó sus 15 años en el club en una partida de póquer contra Florentino Pérez. Ramos tenía un as y el presidente del Madrid aceptó el reto. Y Sergio perdió. Porque ahora ya no creo que a nadie le quepa la menor duda de que Ramos ha perdido esa partida, ¿no? Pasar del trece veces campeón de Europa al PSG supone descender al menos tres escalones.
Al Real Madrid casi siempre le ha ido bien con los futbolistas alemanes. Le fue bien con Netzer y con Breitner, significadamente le fue bien con Stielike, incluso le fue bien con Schuster y ahora le está yendo magníficamente bien con Kroos. Entró en el Real Madrid y el Real Madrid entró en él. No hizo falta explicarle nada, ya venía aprendido de Múnich. Y ahora quiere retirarse en el Madrid y esto supone un orgullo para cualquier madridista. Colgará las botas aquí porque él quiere y no porque lo diga su representante, que no es su hermano. No se jugará su relación con el Madrid en una partida de póquer porque no merece la pena. Modric tampoco lo hará y renovará por un año. Toni Kroos sí entendió que, en el Madrid, los jugadores son menos importantes que el escudo al que representan. Su forma felina de conducirse por la vida encaja a la perfección con el Real Madrid y especialmente con el que lleva construyendo desde 2000 Florentino Pérez. Y eso lo saben en Harvard sin tener que ir. Se escribe Toni pero se pronuncia don Antonio.
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