Reza el refrán “el que espera, desespera” y no es para menos. Los aficionados merideños bien enterados están del rollo que envuelve al Carnaval Taurino, cuya organización aún no tiene definición; rumores van y vienen, se escucha por ahí, entre paredes y corrillos, que hay nueva empresa taurina, que los carteles podrían ser con cierta variedad, los mismos de la Feria de San Sebastián de San Cristóbal, Estado Táchira; que si acaso dos corridas de toros, que perritos falderos sin personalidad y vergüenza alguna, abundan dentro del coso merideño; esto y aquello, por lo que en medio del fervor religioso que implica el seis de enero, surge la interrogante ¿Llegarán los Reyes Magos a la “Román Eduardo Sandia” de Mérida?.
En lo fervoroso religioso tradicional del Día de Reyes, la pregunta es valedera, ante la situación que se vive dentro de la Plaza de Toros de Mérida; con la firme esperanza de que los Reyes Magos traigan buen regalo a la misma y a la afición taurina, se defina con buen tino, lo organizativo del Carnaval Taurino de América 2022, cuyo espejo bien desquebrajado está, con tantos chismes, habladurías, dimes y diretes, que no tienen razón de ser ni se justifican y en sus efectos, si hay cabezas pensantes, la decisión deberá ser acertada por el bien del ferial taurino merideño y la Fiesta Brava.
Pues nada, ¿Llegarán los Reyes Magos a la “Román Eduardo Sandia” a Mérida? Veremos si llegan y traen buen regalo. Amanecerá y veremos.
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