miércoles, 26 de enero de 2022

Sánchez Puerto, el placer de torear…como Dios manda / por Pla Ventura

Imagino que debe ser hermoso torear por el puro placer de extasiar a los demás con su arte, caso de Sánchez Puerto que, como digo, si no le supiéramos retirado del toreo, cualquiera tendría la impresión de que el diestro de Cabezarrubias del Puerto sigue en activo y, lo que es mejor, compitiendo con los mejores en los que, en la actualidad, de ser así, él sería el mejor.


Sánchez Puerto, el placer de torear…como Dios manda

Toros de Lidia / 25 enero, 2022
El pasado 15 de enero, de la mano de José Luis Fernández, como presidente de la peña taurina Sánchez Puerto, acudieron a ese templo del toreo llamado Hato de Garro, allá por el Valle de Alcudia, ese lugar mágico donde las puestas de Sol son un espectáculo inenarrable, en el que José Ignacio de la Serna -dueño y señor de sus vacas vazqueñas que tan buen juego suelen dar-, hijo del inolvidable Victoriano de la Serna, organizó un “festín” taurino para que, una vez más, entre otros, el titular de la peña, el maestro Sánchez Puerto deleitara a los presentes y como es mi caso, a los ausentes. Si allá por los años cincuenta, su padre, don Victoriano de la Serna fue ganadero de reses bravas con todo honor, José Ignacio de la Serna sigue teniendo, con su ganado actual, las reminiscencias que adornaron esta finca modélica la que conocemos como Hato de Garro.

Es cierto que, en nuestro caso, cuya fortuna no es otra que haber visto al maestro en repetidas ocasiones, al respecto de su torería, nada nos asombra pero, amigo, pasan los años y que nos siga maravillando dicho diestro al que, como se comprueba en las fotos, su señora madre lo parió torero, don con el que morirá pero, dado su dádiva generosa, de vez en cuando, ese ángel que adorna su ser es el que quiere compartir con los aficionados del mundo.

Hemos visto el video de la filmación y como las fotos nos indican, tanto José Ignacio de la Serna como el resto de los que allí acudieron o torearon, la fiesta fue grande en honor al arte, en este caso, al maestro Sánchez Puerto que, alejado del mundanal ruido del mundo de los toros, como quiera que no se le olvidó jamás aquello de crear obras bellas dentro de los ruedos, una vez más ha querido obsequiar a su amigo José Ignacio de la Serna con unos pasajes inolvidables de su torería eterna.

Imagino que debe ser hermoso torear por el puro placer de extasiar a los demás con su arte, caso de Sánchez Puerto que, como digo, si no le supiéramos retirado del toreo, cualquiera tendría la impresión de que el diestro de Cabezarrubias del Puerto sigue en activo y, lo que es mejor, compitiendo con los mejores en los que, en la actualidad, de ser así, él sería el mejor.

Insisto, fijémonos en las fotos y muy pronto comprenderemos que, este texto está de sobra cuando reinan unas imágenes como las que mostramos. ¿Cuántos toreros de los que tenemos en activo serían capaces de mostrarnos semejantes instantáneas? Sin lugar a dudas, me sobran muchos dedos de una mano  para enumerar a los diestros que podríamos equiparar con el torero al que citamos que, como el mundo sabe, atiende por Antonio Sánchez Puerto, fue artista en su momento y, lo que es mejor, todavía no se le ha olvidado, las pruebas las mostramos aquí.

Ahora, de vez en cuando, leo por ahí alguna que otra insensatez cuando algún diestro en activo nos dice: “Ahora ya toreo para mí”. Claro que, la pregunta sería obligada: “Entonces, antes, ¿para quién toreaba usted?” Como digo, son las estupideces que uno puede ver por ahí cuando, como se ha comprobado, Sánchez Puerto si es capaz de torear para él y, en su contexto, para todos aquellos que hemos tenido la suerte de admirarle. Claro que, la única fórmula que existe para que el toreo los demás se extasíen con el corazón encogido de placer, ésta no es otra que el propio diestro esté toreando para él, es decir, sintiendo aquello que interpreta.

Gran fortuna la de este hombre que, apasionado en su quehacer, desposeído de toda presión, alejado del falso mundo de la torería, aquel que le apeó de su estado natural, el que se había ganado con su arte, de vez en cuando, tocado por la mano de Dios,  al igual que su irrepetible madre cuando le trajo al mundo, es por ello que parió un niño artista que, muchos años después, nos sigue arrebatando con su arte. Quiera Dios que le siga dando mucha vida a este torero tan ejemplar como auténtico porque, lo más difícil del mundo, parar los relojes, hace tiempo que lo logró, razón de muchísimo peso para que, cuando se lo dicta su corazón nos siga extasiando con el embrujo de su arte.

--Fotos de Julio César Sánchez en las que podemos ver la torería de Sánchez Puerto y, como colofón final, el grupo que participó en dicha fiesta.

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