viernes, 4 de marzo de 2022

El socialcomunismo sigue sumando asesinatos a los 150 millones que ya tiene en su haber / por Rafael Comino Delgado


"...para ser justos todo el socialcomunismo debería, al menos en el mundo civilizado, estar prohibido bajo pena mínima de cárcel perpetua, porque mientras estén libres seguirán causando sufrimiento a toda aquella persona que sea decente, y como tal se comporte en la vida, a la sociedad, a la humanidad entera..."


El socialcomunismo sigue sumando asesinatos a los 150 millones que ya tiene en su haber

Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
Todo el mundo con un mínimo conocimiento de la historia sabe que el socialcomunismo, ideología que es el cáncer de la humanidad, ya tiene en su haber, al menos, 150 millones de personas asesinadas, y ahora Putin, comunista al estilo Lenin o Stalin, como mínimo, se ha propuesto aumentar sin límite esa cifra, y desde luego a tenor de lo que estamos viendo lo está consiguiendo,  pues no hay, hasta el momento, en el mundo quien le pare los pies, quien le quite de en medio o le encierre en una mazmorra para el resto de sus días, que es lo que merece. Este sujeto está haciendo muchísimo mal a toda la humanidad, claro que porque occidente se ha lo permitido y permite. Occidente le ha permitido ir muy lejos al socialcomunismo, ahora de Putin y antes de otros. Por ejemplo, Estados Unidos permitió, en tiempos de John Fitzgerald Kennedy, uno de los peores presidentes que han tenido en toda su historia,  que en su misma puerta le impusieran el comunismo puro y duro de Cuba, y más tarde en Venezuela ha permitido el comunismo, también puro y duro, primero de Chávez y ahora de  Maduro, cuando podía haberlos borrado del mapa en unas horas. Los errores se pagan y ahora occidente está pagando lo que ha hecho mal, lo mucho que ha permitido al criminal socialcomunismo.

Sin embargo, Putin cuenta con admiradores y defensores en todo el mundo. Realmente allí donde haya un socialcomunista Putin tendrá una seguidor que le defenderá y apoyará, aunque solo sea de palabra, pues todos los socialcomunistas tienen esa ideología criminal, ese deseo de matar simplemente por soberbia, para imponer su autoridad, con o sin razón. Representan el mal sobre la tierra y tienen que dar constantemente fe de ello. Su objetivo es causar sufrimiento solo por el placer de causarlo.

Refiriéndonos concretamente a España, Putin y el socialcomunismo tienen muchos defensores, como hemos visto días pasados en el parlamento, votando en contra de  enviar armas a Ucrania para que puedan defenderse, o de que Ucrania entre en la OTAN.

Ello no nos sorprende porque esta izquierda española criminal, no está haciendo otra cosa que cumplir a rajatabla los decálogos de Lenin y de Santiago Carrillo, que pueden resumirse en una frase: “Sembrar el mal y cuanto más mal, mejor”. Actualmente esa izquierda española criminal, asesina, está representada, fundamentalmente por Podemos, IU, los terroristas de Bildu, el partido comunista de España,  todos ellos socios del gobierno en mayor o menor medida,  y otros grupúsculos, criminales, a los que en justicia no se les debería permitir vivir en libertad, pues en verdad, y para ser justos todo el socialcomunismo debería, al menos en el mundo civilizado, estar prohibido bajo pena mínima de cárcel perpetua, porque mientras estén libres seguirán causando sufrimiento a toda aquella persona que sea decente, y como tal se comporte en la vida, a la sociedad, a la humanidad entera. 

Claro que cuando un gobierno tiene socios que son criminales por naturaleza, por sentimiento y por pensamiento, ese gobierno se puede decir, con razón, que es un gobierno criminal, por tanto así lo podemos afirmar del gobierno español; entiéndase que para ser criminal no hace falta matar físicamente a una persona,  sino que se pueden cometer crímenes de muchas maneras, por ejemplo mintiendo, de lo que entiende mucho el gobierno español,  y ya se sabe que, “Las mentiras son las mayores asesinas, pues matan la verdad” (Sócrates).  

Pero nuestro gobierno sabe también mucho de otros temas que son crímenes, como dejando a los ancianos morir de Covid 19 en las residencias, excarcelando presos terroristas de ETA, robando, malversando fondos públicos en ministerios inútiles, en subvenciones a grupos amigos, de ninguna utilidad a los ciudadanos en general, colaborando con regímenes criminales como el de Venezuela, etc..

Esta izquierda española, pro rusa, pro Putin, pro criminal siempre ha sido así, aunque de alguna manera ha intentado disimular dialécticamente su instinto asesino, pero en los últimos tiempos ya no disimula nada, claramente lo dice, lo publica a los cuatro vientos, al sentirse envalentonada por los avances de Putin en Ucrania. Basta con oír en el parlamento al amoral  Echenique. Pero deberían saber que, como dice el escritor y profesor de historia de la universidad hebrea de Jerusalén, Yuval Noah Harari, Putin puede ganar muchas batallas en Ucrania pero ya ha perdido la guerra, porque tiene la opinión pública mundial decente en contra, e incluso dentro de la misma Rusia ha encontrado una contestación en contra que no esperaba. Pues una cosa es conquistar una nación, un pueblo, por la fuerza de las armas y otra es mantenerlo posteriormente. En España lo sabemos muy bien. Napoleón invadió y conquistó España, pero con la opinión del pueblo en contra tuvo que correr Pirineos arriba para volver a su casa. El socialcomunismo intentó apoderarse de España, confiando en que lo tenían todo a su favor, como dijeran Manuel Azaña e Indalecio Prieto: “¿Adónde van esos locos? Nosotros tenemos las principales ciudades, los núcleos industriales, todo el oro del Banco de España, inagotables reservas de hombres, y tenemos la Escuadra”, pero no contaron con que, como dijo el caudillo Francisco Franco, “Efectivamente lo tienen todo menos la razón”. No tenían la razón ni el apoyo del pueblo llano, del pueblo honrado, decente, y perdieron una guerra provocada por ellos mismos. Quien tenia la razón, es decir, el pueblo español y el generalísimo Franco la ganaron.

Ahora los acontecimientos van sucediéndose muy de prisa, por lo que creemos que pronto el criminal Putin tendrá que retroceder en su sed de sangre inocente, de crimen, y tanto él como sus seguidores españoles y del mundo tendrán que beber la hiel amarga de la derrota. Es hasta probable que a Putin, como ha pasado con otros famosos criminales de la historia, alguien cercano, desde dentro, le de lo que se merece. Tiempo al tiempo y veremos el desenlace, pero es imposible que semejante bestia criminal se imponga en el mundo. 

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