viernes, 4 de marzo de 2022

Puro desafío / por Carlos Bueno


 Antena 3 anuncia estos días la segunda edición de su programa “El desafío”, entre cuyos participantes se encuentra Jesulín de Ubrique. En un tiempo en el que los toros están postergados de las parrillas televisivas en abierto, que un torero aparezca junto a influencers, cantantes, modelos, presentadoras, cómicos o vedettes, es un signo nada desdeñable de normalización del toreo en la sociedad, una apuesta valiente que agradecer al grupo de comunicación privado Atresmedia.


Jesulín de Ubrique

Carlos Bueno
Burladero, marzo/2022
Un primer plano de Juan José Padilla colocándose la montera. Esa era la fotografía de Daniel Ochoa de Olza que servía para publicitar la exposición de la World Press Photo de 2013 en Barcelona, una imagen que el Ayuntamiento catalán vetó porque no quería toreros ni en sus plazas ni en sus calles. La polémica se sumaba a la negativa del Consistorio a permitir la presencia de toros en la grabación de la película “Caza al asesino”, con Sean Penn y Javier Bardem en el reparto, que unos meses antes se estaba rodando en la Ciudad Condal.

Los antis aprovechan cualquier rendija para introducir su totalitarismo contra lo taurino y mostrar su odio hacia él. Quejas, denuncias, prohibiciones… emplean todo cuanto esté en sus manos, legal o no, ético o no. Lo hicieron y lo siguen haciendo. El ejemplo de Barcelona es una simple muestra de un amplio catálogo de ataques ya perpetrados. Ahora le ha tocado el turno a Castellón, donde, a instancias de una reclamación particular, Sanidad ha obligado a retirar el puro que Morante se estaba fumando en uno de los carteles anunciadores de la próxima feria de La Magdalena.

Desde el 27 de diciembre de 2005, la ley prohíbe publicitar, fomentar y patrocinar productos del tabaco; todos de acuerdo. Pero el cartel ni anunciaba, ni fomentaba, ni patrocinaba, ni fue concebido para incitar a su consumo, sino para promocionar los próximos festejos Magdaleneros. Pero hay quien se la coge con papel de fumar, nunca mejor dicho, y el caso castellonense es prueba de ello.

Y a pesar de que la campaña no va dirigida a fumadores sino a aficionados taurinos, la empresa organizadora, lejos de polemizar, ha decidido acatar el dictamen y sustituir el puro por una ramita de romero en cada una de las vallas publicitarias, lo que ha comportado un desembolso económico extra pero ha tenido un toque de originalidad que ha servido para que el reclamo haya adquirido mayor visibilidad e impacto. Por una vez a los antitaurinos les ha salido el tiro por la culata.

Por otra parte, Antena 3 anuncia estos días la segunda edición de su programa “El desafío”, entre cuyos participantes se encuentra Jesulín de Ubrique. En un tiempo en el que los toros están postergados de las parrillas televisivas en abierto, que un torero aparezca junto a influencers, cantantes, modelos, presentadoras, cómicos o vedettes, es un signo nada desdeñable de normalización del toreo en la sociedad, una apuesta valiente que agradecer al grupo de comunicación privado Atresmedia.

Jesulín fue uno de los matadores más populares de la década de los 90 y, sin duda, el más famoso de la prensa rosa, convirtiéndose en un fenómeno mediático de incalculable repercusión. A su sombra, las televisiones retransmitieron corridas por doquier, algo que, dejando de lado el análisis de si acabó siendo positivo o negativo para la tauromaquia, la posicionó entre las actividades predilectas de los televidentes españoles.

Desde la retirada del coletudo gaditano, los toros fueron perdiendo presencia en los medios y hasta hoy ningún otro diestro ha conseguido un magnetismo similar para la prensa de todo tipo. Que ahora vuelva a aparecer en la pequeña pantalla, y además en un programa de entretenimiento que nada tiene que ver con la bazofia de enredos familiares y chismes privados, debe ser motivo de alegría para el mundo taurino y otro germen de rabia para los antis.

Sería muy oportuno que la feria de La Magdalena resultara un éxito de afluencia de público, que el programa “El desafío” obtuviera récords de audiencia y que los profesionales taurinos se pusieran las pilas y aprovecharan los argumentos a favor de la tauromaquia para su defensa, promoción y expansión... y que los sectarios se mortificaran.

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