miércoles, 11 de mayo de 2022

Confiemos en el rigor / por Pla Ventura


"...Démosle un voto de confianza a la primera plaza del mundo porque, a no dudar, allí saldrá el toro en todo su esplendor, por tanto, ya tenemos un motivo para la alegría; luego, respecto a su juego saldrá lo que salga por toriles pero, la intuición nos dice que su majestad el toro debe de reinar en dicha plaza porque, de suceder algo parecido como en Sevilla, entonces sí que estaríamos hablando del sepelio de la fiesta de los toros..."

Confiemos en el rigor

Pla Ventura
Toros de Lidia / 10 mayo, 2022
Puesto que ya ha comenzado la feria de Madrid no nos cabe otra opción que confiar en el rigor de dicha plaza puesto que, de lo contrario, la hecatombe la tenemos servida. Y digo que tenemos que darle un voto de confianza a Las Ventas porque es el único bastión importante que nos queda, no es menos cierto que, en los inicios de la temporada, al parecer, se abrió la puerta grande sin el rigor del que hablamos y anhelamos.

Démosle un voto de confianza a la primera plaza del mundo porque, a no dudar, allí saldrá el toro en todo su esplendor, por tanto, ya tenemos un motivo para la alegría; luego, respecto a su juego saldrá lo que salga por toriles pero, la intuición nos dice que su majestad el toro debe de reinar en dicha plaza porque, de suceder algo parecido como en Sevilla, entonces sí que estaríamos hablando del sepelio de la fiesta de los toros.

Las figuras, por regla general, pese a ser Madrid, lidiarán lo más “cómodo” que encuentren en las dehesas si de comodidad podemos hablar cuando se trata de esta plaza tan emblemática pero, en muchos de los festejos que se anuncian nos cabe la garantía absoluta de que veremos al toro como Dios manda, en su gran esplendor que, en realidad, es el único que puede salvar esta fiesta maltrecha  y malherida por todos sus costados.

De los toreros podemos esperar todo aquello que nos ofrezcan pero, insisto, de los toros lo esperamos todo. Esa es la piedra angular del toreo, el toro; el animal que hay que cuidar por encima de todo, el que hay que pedirle que venda cada su vida, el que nos proporcione esa dosis de emoción que tanto cautiva a los aficionados. En definitiva, que nos haga soñar estando despiertos. Y si, para colmo, nos encontramos con un torero cabal, hambriento de triunfos y con verdaderas posibilidades, seguro que hallaremos lo que siempre hemos soñado.

De que Madrid marcará la pauta no nos cabe la menor duda y, mala cosa sería que eso no sucediera. No es menos cierto que, si algún torero humilde alcanza el triunfo intentarán por todos los medios oscurecerlo por parte de los empresarios pero, al final, la verdad debe de triunfar o prevalecer ante la mentira. Lo importante es que llegue el triunfo, lo demás se nos dará por añadidura ¿verdad?

Claro que, del entramado empresarial se puede esperar todo, hasta el punto de que un gran triunfador de Madrid, Paco Ureña, a la hora de la confección de los carteles no se había contado con él y, al diestro de Lorca no le quedó otra opción que arrodillarse ante la empresa y suplicarle una corrida extraordinaria para matar seis toros en solitario. A priori, no es la mejor opción para alguien que ha salido a hombros de las Ventas y que, para colmo, en dicho ruedo ha dictado lecciones de pundonor al más alto nivel pero, no quedaba otra.

Tras lo contado no podemos echar las campanas al vuelo porque luego llega el “sacristán” y las para de inmediato, valga la metáfora. Desde aquí le deseamos mucha suerte a Paco Ureña en esa gesta tan impropia como innecesaria pero que, era el único clavo que tenía que, aun estando ardiendo no tenía otra opción que agarrarse a él.

Claro que, abogamos por el rigor y el pasado domingo en la primera corrida de feria se le regaló una oreja insulsa, sin peso, sin severidad alguna a Álvaro Lorenzo mientras que, para colmo, Daniel Luque esperaba la misma recompensa. Ya empezamos y no andamos finos. Insisto, deseamos por encima de todo que prive el orgullo de Madrid, que siga siendo la cátedra donde se examine a los toreros y que los presidentes tengan esa firmeza que pedimos para que no vaya a ser que Las Ventas se convierta en una tómbola, lo cual vendría a demostrar que hemos perdido la batalla.

--En la imagen vemos a Daniel Luque y a su apoderado, Carlos Zúñiga, mirando a la presidencia y en sus miradas se atisba la ilusión por recoger un trofeo que no correspondía tras una faena voluntariosa del diestro pero que, de las quince mil personas que se congregaron, apenas mil ochocientas pidieron la oreja. Siendo así, ¿quién tenía razón?

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