lunes, 30 de mayo de 2022

Real Madrid. Contumaz & Pertinaz / por Francisco Javier Gómez Izquierdo

 

Contumaz es persistir en el error y si el Real Madrid ha ido repitiendo alineaciones y tácticas defectuosas, conforme el parecer del ejército de comentaristas, el Real Madrid es ejemplo de terquedad y como con los maños -baturros- habrá que empezar a entender que lo que parece defecto tendremos que trocarlo en virtud por la firme convicción de andar a desmano por un camino correcto. Por el camino que lleva a la meta metida entre ceja y ceja.

Contumaz & Pertinaz

Francisco Javier Gómez Izquierdo
Contumaz es adjetivo que solía emplearse para reprender al sujeto tozudo, obstinado, cabezota... que no cambiaba de opinión ni de comportamientos ni ante mil razonamientos supuestamente "objetivos". Otro palabro de connotaciones digamos negativas era y es pertinaz. La pertinaz sequía franquista que en el nuevo siglo han bautizado como cambio climático y que no sabemos cuándo tiene pensado matarnos. Como no quedarán sustantivos ni adjetivos elogiosos para cantar las hazañas del Real Madrid, permitan que con buenas intenciones haga yunta emparejada con esas dos antiguas palabras en mi modesta opinión sobre esta decimocuarta -catorceava, en parla de unas preclaras doñas cordobesas- Copa de Europa.

"A Carvajal le falta una puesta a punto. Se le van todos, no sólo Mbbappé" "Militao está irreconocible. Tiene errores de cadete" "¿Qué le pasa a Alaba?". "Mendy, ¡ay Mendy!" "Casemiro tiene un bajón preocupante" "Kroos no es el que nos tiene acostumbrados"... 

Estos comentarios están hartos de leerlos ustedes esta temporada hasta el día del fenómeno inexplicable ante el City, a partir del cual todo fueron muletillas paranormales en mágicas atmósferas. Courtois, Modric, Benzema y Vinicius -éste tras una rehabilitación tan meteórica como ancelótica ¡lo que se han reído de Vinicius!- llevan varias temporadas ejerciendo sin pecado y ante semejante santidad hasta los antimadridistas aplauden su ejemplaridad.

Contumaz es persistir en el error y si el Real Madrid ha ido repitiendo alineaciones y tácticas defectuosas, conforme el parecer del ejército de comentaristas, el Real Madrid es ejemplo de terquedad y como con los maños -baturros- habrá que empezar a entender que lo que parece defecto tendremos que trocarlo en virtud por la firme convicción de andar a desmano por un camino correcto. Por el camino que lleva a la meta metida entre ceja y ceja.
Ancelotti no gasta la cejijuntez asociada a la cabezonería. Por el contrario, tiene las cejas tan independientes que incluso hablan y expertos hay en traducir sus ágiles arqueamientos. El truco de Ancelotti está en dar el pego. Parece tranquilote y como que no hace caso pero enseña muy bien lo importante a quien corresponde: calma del vestuario, firmeza atrás, transición-relámpago en el contrataque, saber quién es su jefe... Ancelotti ni trae ni crea problemas. Ancelotti ofrece soluciones incluso a problemas ajenos. Su tranquilidad cuesta dinero y por eso se permite el lujo de elegir a los mejores pagadores.

Ya saben lo que ha pasado en la final. Entre el dominio del Liverpool y la experiencia del Real Madrid apareció por el lado del "peligro red" -Alexander-Arnold y Salah- el veloz Vinicius para certificar lo que Inglaterra y Francia temían y en España se dudaba: la victoria del "Terrible Real Madrid". ¿Que la clave ha estado de nuevo en el portero como en la del 2018 en Ucrania? Sí. Pero lo normal es que en una final de Copa de Europa se presente el mejor del portero del Mundo y no un apaño cualquiera. Si además el mejor portero del mundo juega en el club más competitivo del mundo, no es descabellado acusar al club de pertinaz en las cosechas porque si recuerdan los de mi quinta y aledañas, tan pertinaz era la sequía como la lluvia. Courtois, el héroe de la 14ª, lo matizó: "Es cuestión de ponerte en el lado correcto" para entender ciertos matices significativos.

-Oiga ¿y Salah, con lo bueno que es?

-Pues mire usted, como Kroos ante el Chelsea, pero Klopp al parecer, también es de los que se agarra a los clavos ardiendo

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