sábado, 4 de junio de 2022

San Isidro: Se confirma… / por Antolín Castro


Se confirmó entonces que en el palco quedaba un poco de aquella seriedad que presidía esta plaza no hace tanto, y se cerró en banda para conceder el segundo trofeo que pedían a coro estos nuevos asistentes que durante el festejo no paran de preguntarte por esos detalles que nunca preguntaría un aficionado cabal. 

San Isidro: Se confirma…

Antolín Castro
Ayer se confirmaron muchas cosas, además de la alternativa de Alejandro Marcos.

Se confirmó que los toros del Puerto de San Lorenzo fueron mansos, blandos, descastados, anovillados más de uno, pero ofrecieron embestidas a la terna para que se pudieran lucir. Todo ello es lo que era de esperar.

Se confirmó que Manzanares se aleja cada vez más de la pureza del toreo, triste y despegado transcurrieron los trasteos, a salvo esos cambios de mano que ha patentado para mayor gloria de sus seguidores, que son muchos y aplauden a rabiar. Salió a saludar en ambos, allá penas si mató de un bajonazo.

Se confirmó que el nuevo en esta plaza, Alejandro Marcos, tiene buen gusto al torear y pretende hacer las cosas con cierta naturalidad y elegancia, pero también se confirmó que usa muy mal los aceros, ambos dos, estoque y cruceta, y que su futuro, de esa manera, está muy limitado.

Fernando Sánchez ha escuchado la mayor ovación de la tarde

Se confirmó que quien mejor banderillea y gusta a los aficionados es Fernando Sánchez, quien en el sexto puso en pie a toda la plaza, escuchando la mayor ovación de la tarde. Se puede confirmar que será, con toda seguridad, el mejor par de la feria.

Se confirmó, por suerte, que a pesar de los segundos interminables que pasó Tomás Rufo a merced del toro tras ser volteado al rematar un quite, que la suerte es su aliada, aunque le arrancara el corbatín con los pitones el astado, y salir ileso.

Se confirmó, entonces, que tiene buena estrella y que ésta le acompañaría en el último de la tarde, al que administró series ligadas por ambas manos, mejor con la diestra, con un público entregadísimo a la causa rufa.

Se confirmó, también, que el público, que casi llenaba los tendidos, no acepta ya marcharse de vacío en esta nueva era de Las Ventas y cuando el toledano les brindó el sexto, el triunfalismo, ese que golpea la plaza hasta dejarla exánime en este final de feria, se hizo el dueño y los pañuelos se dispusieron a conseguir trofeos como fuera.

Se confirmó entonces que en el palco quedaba un poco de aquella seriedad que presidía esta plaza no hace tanto, y se cerró en banda para conceder el segundo trofeo que pedían a coro estos nuevos asistentes que durante el festejo no paran de preguntarte por esos detalles que nunca preguntaría un aficionado cabal. Esos, son los que después quieren impartir justicia, cuando hacía un rato no sabían por qué siempre se tiene que picar debajo del ocho o qué es eso de la pierna retrasada.

Por todo lo dicho, se confirma: En este Madrid, tras la pandemia y quitada la máscara protectora que mantenía su exigencia y seriedad, vale todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario