Se decía de Doña Sofía que su principal mérito como reina era ser "una profesional". Fue preparada concienzudamente para ello y su procedencia de la realeza griega facilitaba las cosas. Doña Letizia, la princesa del pueblo que eligió Don Felipe como reina de España, no es precisamente "una profesional", sino un ego desmedido, una activista republicana, el espíritu de la contradicción.
El día de la Festividad del Santo Patrón de España, en la Catedral de Santiago de Compostela, en una misa solemne transmitida por TV para todo el mundo, no es el mejor momento para montar un numerito de autoafirmación de la personalidad. Y menos si eres la reina de España. Pero a Doña Letizia, como ya hemos dicho, la Corona, el Santo Patrón de España y la Fe del pueblo (que por mucho que le moleste, sigue siendo católica) le traen completamente sin cuidado. Lo principal para Doña Letizia es siempre Doña Letizia.
Y así, justo antes de la lectura del Evangelio, en semejante marco y delante de todo el mundo, cuando además el rey ya se estaba persignando y las infantas también, la reina lanzó a su familia una mirada entre altiva y desdeñosa ("¿y éstos, qué hacen?, parecía estar pensando), y permaneció con sus manos quietas, en claro signo de desprecio a la Fe. A la Fe, al obispo oficiante, a su esposo, a sus hijas, al Santo Patrón y a los españoles.
Que Doña Letizia crea en Dios o no crea más que en los zapatos de Manolo Blahnik, es algo absolutamente irrelevante para el mundo. Esto debería saberlo la reina de España. Lo único que se espera de ella, y más aún en un día tan señalado como el 25 de julio, es que cumpla su papel institucional, no genere escándalo ni polémica, y se comporte con exquisita corrección y profesionalidad. Es por eso por lo que una presentadora de telediarios puede llegar a ser reina: porque se supone que se sabe comportar como tal. Bien, ya hemos visto que ni siquiera.
No ofende quien quiere, sino quien puede. Los reyes y las reinas pasan a la historia no por cómo les quedan los vestidos de Felipe Varela, sino por sus actos. La reina Isabel de Castilla iba a caballo, incluso embarazada, al frente de nuestros ejércitos para que el pueblo viese que nada le importaba más que Dios y la Patria, en ese orden. Doña Letizia pasará a la historia por no hacer la Señal de la Santa Cruz ni siquiera en la festividad del Santo Patrón de España, ocultando su cara de asco detrás de una mascarilla quirúrgica. Nunca las comparaciones fueron tan odiosas.
Eso es no saber estar, sus creencias ya las sabemos.
ResponderEliminarA DIOS LE IMPORTA POQUISIMO LO QUE ESTÁ PLEBEYA HAGA,
ResponderEliminarEs repugnante su comportamiento
ResponderEliminarAunque sólo fuera por educación, pero como no la tiene ... NO saber estar.
EliminarEsta señora, reina de la cirugía, puede santiguarse o no, como ella quiera pero solo pido que sepa que come de los impuestos que pagamos los ciudadanos, los cuales a ella le importamos tres carajos. Otra que no hubiera sido nada por ella misma.
ResponderEliminar¿Señora????
EliminarMe caía bien antes de esagrebio
ResponderEliminarQue se puede esperar de una señora que solo piensa en que cirugía se va a hacer
ResponderEliminarHubiera sido mejor q no fuera. Si no cree para q hacer ese paripé y ese ridiculo
ResponderEliminarHace el paripé porque es su trabajo.
EliminarNO COMAPEREMOS EL TOCINO CON LA VELOCIDA Y LA EDUCACIÓN PARA SER REINA HAY QUÉ MAMARLO LO DEL AÑO PASASDO CON LA NIÑA SALIENDO DE LA CATEDRAL FUE ALGO BORCHONOSO Y SI VERGÜENZA NI EDUCACIO
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