lunes, 25 de julio de 2022

La "Tómbola" de Roquetas vuelve a tirar la casa por la ventana / por Juan Miguel Núñez Batlles


Finalmente de la bochornosa valoración que hay que hacer de los trofeos concedidos, o regalados, el propio Morante se encargó de catalogarlos despreciando la salida a hombros. Mientras los otros dos alternantes marchaban por la Puerta Grande, él se fue a pie. Pura vergüenza torera.


UNA CORRIDA SIN CONTENIDO Y TRIUNFALISTA

La "Tómbola" de Roquetas vuelve a tirar la casa por la ventana.
Pero Morante, en un arranque de dignidad, se va de la plaza andando.

Juan Miguel Núñez Batlles
Roquetas, 24 Julio 2024
Roca Rey le gana el pulso a Morante en Roquetas. Obviamente éste no es el titular de la crónica. No podría serlo, entre otras razones, porque hoy no han toreado juntos. Pero hay que advertir que esta vez viene a ser la plaza elegida muy idónea para medir la hipotética competencia entre ellos, ya que en la víspera llenó el peruano, y hoy, en cambio, apenas media entrada con el de la Puebla.

Incluso, insistiendo en astutas y pérfidas comparaciones, habría que precisar igualmente que hoy no hubo mucho más público que el primer día, cuando se anunciaron los locales y todavía modestos Jesús Almería y José Cabrera. Tomen nota empresas, aficiones y algunos medios de comunicación.

En el ruedo, Morante apenas se comprometió con el noble y apagadito primero. Brilló en un quite por ajustadas y graciosas chicuelinas. Pero hasta ahí. Faena de medios y espaciados pases, sin profundizar. Apenas se esforzó el hombre, advertido quizás por la fama -la mala fama- de que aquí las orejas son de tómbola, como así fue. Y le dieron dos, sin el mínimo rubor del "palco".

El cuarto, sin clase, sin ritmo, se desentendía del engaño. Morante tampoco se acopló. Y esta vez hubo parte del tendido que se enfadó, y otros incluso le aplaudieron. Lo que se dice una clara división de opiniones.

Luque tuvo un primer astado bajo de raza y con tan escasas fuerzas como malas intenciones. El trasteo, sin ningún relieve a pesar de intentarlo el torero poniéndose por los dos pitones. Claro que, aplicada la regla de "las orejas (baratas) de Roquetas", paseó Luque una de ellas. De risa, o, peor, de pena.

En cambio tuvo mérito la labor de Luque en el quinto, un manso en toda regla, al que la gente pidió su devolución por andar descaradamente huido en los dos primeros tercios. Contra todo pronóstico Luque lo metió en la muleta, dándole todas las ventajas en un Inteligente, valeroso y meritorio trasteo. Fue importante, pero ni mucho menos para las dos orejas que pusieron nuevamente en evidencia el juicio y la opinión presidencial.


El anovillado tercero, toro huido en busca de la querencia, apenas dio opción a Ortega de una serie por la derecha de cierta enjundia. No obstante, los demás intentos de faena fueron vanos.

Al que cerró plaza, que tenía poco recorrido, lo pasó despacito, sin embargo, sin terminar de "engancharlo". Hubo alguna plasticidad, pero fue un conjunto desangelado, sin "transmisión" por parte de toro y torero. Mas como mató a la primera no haría falta adivinar que le dieron las dos "preceptivas" orejas.

Finalmente de la bochornosa valoración que hay que hacer de los trofeos concedidos, o regalados, el propio Morante se encargó de catalogarlos despreciando la salida a hombros. Mientras los otros dos alternantes marchaban por la Puerta Grande, él se fue a pie. Pura vergüenza torera.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Alcurrucén, desigualmente presentados, desrazados y deslucidos.

Morante de la Puebla: estocada (dos orejas); y estocada (división de opiniones en contra).

Daniel Luque: estocada (una oreja); y pinchazo y estocada (dos orejas).

Juan Ortega: tres pinchazos y estocada atravesada (silencio); y estocada caída (dos orejas).

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